Catálogo
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Los bultos de las de Pérez
Pérez Zúñiga • La Gran Vía • Ficción satírica y paródica • 1893
Cuento que muestra los excesos de unas hermanas con los preparativos de su viaje de veraneo.
El narrador de esta historia, trasunto del autor, va de visita a casa de unas amigas, las hermanas Pérez, que están en pleno trasiego con los preparativos de su viaje de veraneo. Aficionadas recurrentes a las playas de Biarritz, este año se han decidido por el campo por miedo, dicen, a un brote de sarampión. La conversación, cargada de juegos de palabras como es habitual en los textos de Pérez Zúñiga, versa sobre la experiencia vacacional de las hermanas en años anteriores, así como de su pericia al preparar su equipaje, exageradamente abultado. En mitad de estas operaciones, el narrador se queda dormido y tiene una extraña pesadilla donde sus amigas y su cotorra tienen que enfrentar numerosas adversidades.
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¡Tres millones!
Larrubiera • La Gran Vía • Tema narrativo: cuestiones sociales • 1893
Relato donde se describe la expectativa social que rodea al sorteo de la lotería de Navidad.
En este texto, subtitulado «Acuarela de Navidad», Alejandro Larrubiera expone el transcurso de la celebración del esperado sorteo de la lotería de Navidad. El gigantesco bombo gira con sus bolitas dentro, sujeto al caprichoso azar, guardando todavía dentro de sí el soñado premio cifrado en tres millones de pesetas. Azar y anhelo de riqueza son las directrices de esta cita anual: «¡Ser rico! Es decir, ser todopoderoso en este siglo positivista». Los huérfanos cantando los números, los probos ciudadanos en la sala del sorteo, los periodistas afanosos de apuntar el número ansiado por todos para enviarlo, granuja mediante, a la redacción y la imprenta. Al monótono ritmo de «rag, rag, rag, rag» avanza, como cada año, la mañana del sorteo.
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¡Bueno está todo!
Pérez Zúñiga • La Gran Vía • Tema narrativo: cuestiones sociales • 1894
Breve texto en que se expone con cierto humor la preocupación por la actualidad sociopolítica.
En este breve texto, Juan Pérez Zúñiga expone, sin perder su particular sentido del humor y sin dejar de lado sus juegos con el lenguaje, una creciente preocupación por el estado en que se encuentran las cosas. La problemática social de clases y la inestabilidad de la política europea, siempre girando en torno al eterno problema del tener o no tener dinero, centran en esta ocasión sus intereses y preocupaciones. Se pasa así de los veraneantes despreocupados ocupando todas las playas y balnearios al gremio de mendigos, del comerciante que cierra y el industrial que llora al agricultor que ya no sabe qué pensar de la propiedad, del miedo a perder lo poco que se tiene a perder la alegría de vivir.