La fresa de Aranjuez es una variedad llamada fragania, que es espontánea en la ribera del río Tajo. Su fruto es pequeño, muy azucarado y aromático. Su cultivo fue potenciado por la Casa de Borbón y se tiene constancia de este desde el siglo XVI.
En el catálogo de Ganso y Pulpo, esta instancia aparece mencionada o citada, directa o indirectamente, en el siguiente texto: