Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta ¡Tres millones!

    Relato donde se describe la expectativa social que rodea al sorteo de la lotería de Navidad.

    En este texto, subtitulado «Acuarela de Navidad», Alejandro Larrubiera expone el transcurso de la celebración del esperado sorteo de la lotería de Navidad. El gigantesco bombo gira con sus bolitas dentro, sujeto al caprichoso azar, guardando todavía dentro de sí el soñado premio cifrado en tres millones de pesetas. Azar y anhelo de riqueza son las directrices de esta cita anual: «¡Ser rico! Es decir, ser todopoderoso en este siglo positivista». Los huérfanos cantando los números, los probos ciudadanos en la sala del sorteo, los periodistas afanosos de apuntar el número ansiado por todos para enviarlo, granuja mediante, a la redacción y la imprenta. Al monótono ritmo de «rag, rag, rag, rag» avanza, como cada año, la mañana del sorteo.

  • Imagen de cubierta Las tres dichas

    Cuento donde una familia emplea un peculiar método para ganar la lotería de Navidad.

    En la casa de don Siro Pérez suele reunirse cada semana un nutrido grupo de personas, amigos todos de la familia. Los jóvenes dedican el tiempo a diversos juegos de prendas y, de común acuerdo, los castigos se monetizan de manera que, junto a las ganancias de los mayores sobre el tapete de las cartas, se va atesorando dinero en una alcancía preparada para tal efecto y que tiene como objeto pagar un número entero y completo de la lotería de Navidad del que todos han de participar. El afán del grupo tiene su origen en un libro adquirido no se sabe cómo por una de las asistentes, en el cual se dan seguras recetas para formar y componer, mediante intrincadas combinaciones y cábalas esotéricas, el número fijo que había de salir premiado con el premio gordo. Al final, solo queda demostrar si el libro andaba en lo cierto.

  • Imagen de cubierta La lotería del diablo

    Cuento donde el diablo juega una peculiar lotería de Navidad para salvar su alma.

    Partiendo de la idea de que el diablo, para poder ser considerado como tal, es un ser vicioso, no es de extrañar considerarlo un jugador tramposo movido siempre por una envidia infinita. Es por ello que una de las cosas que más le remueven las entrañas es la lotería de Navidad. Así, se decide un día a pedir una lotería propia a Dios a través de un ángel, antiguo amigo suyo. Y Dios le concede una suerte de lotería dividida en tres sorteos para que él pueda recuperar el sitio que perdió en las alturas. ¿Conseguirá el diablo algún premio en su particular lotería de Navidad?

  • Imagen de cubierta La lotería

    Cuento donde la lotería da rienda suelta a la ambición y a los remordimientos.

    Ante la confrontación de quien juega mucho a la lotería con el que lo hace poco, surge la historia de este relato, ideado para demostrar que es un idiotismo jugar a la lotería, puesto que no se necesita de este requisito para que caiga al que está predestinado a ella. Así pues, remontándose a la década de 1850 en la ciudad de Cádiz, se nos presenta al librero Basilio, que junto a su esposa y su hijo han salido de paseo. Ya de vuelta a su tienda-vivienda ven cómo al ciego Tanasio se le escapa un décimo de lotería, que se cuela precisamente por debajo de su puerta. En lugar de avisarle, deciden callar, prometiéndose Basilio pagar una sexta parte al ciego en caso de que le tocara un premio. Cosas de la vida: el número sale premiado y el remordimiento lleva a la acción. Ahora bien, la ambición persiste como si se tratara de una herencia genética.

  • Imagen de cubierta Antes del sorteo

    Cuento donde se fantasea con una vida nueva gracias a la lotería de Navidad.

    Son los días previos al sorteo del premio gordo de la lotería de Navidad y Pérez no puede resistir la tentación de soñar despierto, construyendo espléndidos castillos en el aire guiado por la idea de resultar agraciado en unos pocos días. Obviamente, lo primero que haría es suprimir el trabajo de su rutina diaria, pues el trabajo es aburrido y los ascensos parecen estar reservados para los amigos y familiares de personas influyentes. Pérez fantasea con la carta que escribiría a su jefe y el modo con que sorprendería a su mujer negándose a levantarse de la cama y vestirse para ir a la oficina. El bueno de Pérez da vueltas y más vueltas a la idea, dejándose llevar por la ilusión inherente al décimo… dejándose llevar demasiado, quizás.

  • Imagen de cubierta El número trece

    Cuento que carga con humor contra la superstición hacia el número trece.

    Pedro Escamilla parte de la incomprensión hacia el grueso de las supersticiones y, más concretamente, hacia la enconada aversión que algunas personas tienen a algo tan nimio como el número trece. A este propósito, procede con la relación de una historia que presenta como verídica y de la cual difícilmente podrá sacarse la conclusión de que el trece sea un número siniestro. Dicha historia es la protagonizada por Juan García que, desde que se rompió una pierna a los trece años, llevó hasta la exageración el horror que profesaba a dicho número. Ya en edad adulta, se muestra sujeto indudablemente a la influencia del número trece y, dicha creencia está tan arraigada en su mente, que los días trece del mes no sale su casa. Un premio en la lotería acabará demostrando que su aversión supersticiosa podría ser, realmente, la razón de todas sus desgracias.

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