Catálogo
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El incendio
Ortega Munilla • La Diana • Tema narrativo: muerte, duelo, pérdida • 1883
Cuento donde unos mendigos provocan un incendio fatal.
Amanece en una ladera de las últimas estribaciones del Guadarrama, haciendo el sol y sus reflejos que lo inanimado parezca cobrar vida. Es entonces cuando Perico vuelve a su casa, desde el hato de ovejas, con la alforja al hombro y vacía. Tiene diez años y en el campo vive gozoso y feliz, en comunión con la naturaleza y sus soledades y su fauna y sus ruidos. Su familia marcha entonces a trabajar la tierra, libres de pereza y llenos de fortaleza. En la casa quedaban entonces solo dos habitantes: Perico y Malda, su hermana pequeña, un retoño que todavía no habla pero ya baila el jaleo sobre la mesa. Su paz se verá turbada por la visita de dos mendigos, que por irse de manos vacías cometerán el mayor de los atropellos posibles.
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El niño de París
Ortega Munilla • Los Lunes de El Imparcial • Tema narrativo: muerte, duelo, pérdida • 1892
Cuento que narra desde el inocente punto de vista de una niña la muerte en el momento del parto.
En casa de los señores de López hay bastante ajetreo. Entre el lujo de sus muebles y sus amplias habitaciones algo sucede. Así lo delatan los pasos apresurados de los sirvientes, yendo escalera arriba y abajo sin cesar por un momento. Con la llegada a la casa de la madre de uno de los propietarios conocemos a Laurita, la niña de la casa, que anda preocupada al no entender tanto trajín por una enfermedad de su madre. Su abuela la tranquiliza y marcha entonces a jugar con una muñeca en una de las salas de la casa. Ahí aparece por un momento el padre, que le informa de que pronto va a tener un hermanito. Para salvaguardar la inocencia de su hija recurre a la cándida fábula que afirma que los niños vienen de París. La confusión de la niña ante la realidad negada se pondrá en evidencia en el peor de los escenarios posibles.
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La cuenta de la vida
Ortega Munilla • Los Lunes de El Imparcial • Tema narrativo: muerte, duelo, pérdida • 1892
Cuento que narra cómo un padre busca en sus ensueños comprender la muerte repentina de su hijo.
Rosalía va una tarde al parque del Retiro con su hijo pequeño, de nombre Luisito; un niño de seis años robusto y sano. Al volver a casa el niño se queja de un dolor en la nuca y, sin que nadie hubiera esperado semejante desenlace, apenas dos horas más tarde el niño ha fallecido. Tanto su madre como su padre, Andrés, quedan sumidos en la mayor de las penas, incapaces de comprender el porqué de la muerte de su hijo pequeño. En particular, Andrés parece perder cualquier rasgo de inteligencia desde entonces, pasando los días meditabundo y como ausente, inquiriéndose a sí mismo las razones que llevan a que un humano nazca, las razones que subsisten en que muera. En uno de sus ensueños descubre el método angelical que determina la longevidad de la vida humana.
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La escarcha y el lodo
Ortega Munilla • La Ilustración Artística • Narrativa romántica • 1905
Cuento donde el amor de dos jóvenes vence el celo protector de un padre.
Juan del Angulo, labrador de Alcalá-la-Manca, es un hombre abocado a las venturas y desgracias de la paternidad. De su matrimonio con Ángela del Cárdamo obtuvo un único fruto: su hija Inés. Esta fue ya desde recién nacida un auténtico portento de belleza, tanto en lo físico como en lo intelectual, que bien le valió para convertirse rápidamente en signo y emblema de la belleza en toda la provincia. El celo y acucia que los padres pusieron en protegerla fueron extremos, mas no pudieron evitar que, una vez desarrollada como mujer, todos los jóvenes de la comarca se acercaran a su casa a cortejarla. De entre ellos pronto destacó Leocadio de Santafé, a quien Juan del Angulo intenta mantener alejado de la casa. No obstante, el paso del tiempo sumió al padre en la confianza, y tras ella vino la pereza, y por último la fe en la santidad de su hija… Así siempre es más fácil que surja un imprevisto.
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Fantasía de diciembre
Ortega Munilla • La Ilustración Artística • Tema narrativo: muerte, duelo, pérdida • 1882
Cuento alegórico sobre el inexorable paso del tiempo.
Un hombre llega el día de año nuevo a Ficobriga, su antiguo hogar, con la intención de recuperar sus relaciones en el punto en que las dejó. Sin embargo, nada más llegar a la posada del Galgo de oro, se encuentra con que la primera persona por la que pregunta lleva muerta más de diez años. Resulta que, si bien los objetos parecen no haber sufrido variación alguna y que todo sigue en el mismo lugar donde lo recordaba, las personas han cambiado sin remedio. Así ha ocurrido con Carlota, su antigua amada, a la que dejó en el pueblo antes de ir a hacer fortuna a América con la promesa de volver un día a su lado. Ahora, llena de arrugas, decrépita, le cuenta el miedo que siente cada año, tal noche como en la que se ha producido el reencuentro, con la llegada de un extraño huésped cargado de relojes de pared.
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Páginas del año 1216
Ortega Munilla • La Esfera • Ficción sobre distopías y utopías • 1916
Cuento sobre el futuro del hombre como consecuencia de la Guerra Mundial.
En este relato distópico, escrito en el año 1916, se plantea que tras el inicio de la Guerra Mundial en agosto de 1914 en las fronteras franco-alemanas ya no hubo un momento de paz para la humanidad. El conflicto se encuentra por tanto extendido por toda la tierra, estando completamente roto cualquier posible vínculo de fraternidad humana. De este modo, en cada pecho existe un anhelo que resulta incompatible con el anhelo de los demás. Tan solo un pequeño grupo de hombres, desterrados a las más ariscas montañas, velan por conseguir reinstaurar un posible periodo de paz; solo ellos conservan la ya arcaica doctrina de la piedad fraternal. El relato de uno de estos hombres tras su fallida misión de predicación pacificadora en Francia nos presenta un futuro imposible donde, por ejemplo, las bibliotecas son simples almacenes de pienso para los caballos de guerra.
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La duende
Ortega Munilla • La Ilustración Artística • Narrativa romántica • 1883
Cuento donde un viudo decide esperar la iniciativa femenina para volver a casarse.
Tomás Fernández, el joven más rico y guapo de Carabanchel, vio morir en la flor de su edad a Tomasa Pérez, su querida esposa. Pasado el tiempo, a pesar de su juventud, fortuna y libertad, se aburría, y, mitigados los recuerdos de su primera esposa, volvió a pensar casarse de nuevo. Ante esta idea solo dos opciones se le presentaban: María, la hija del alcalde, y Pepa, la sobrina del cura. Decantado por la segunda, no se atrevía sin embargo a proponérselo por miedo a recibir unas calabazas. Es por ello que un día, ante otros vecinos de Carabanchel, defendió la tesis de que la mujer debería tener voz y voto en asunto de tan vital interés como su dicha, que por qué no ha de poder buscar novio la mujer. Dicho esto, juró no casarse sino con aquella que se sirviera de hacerle una declaración en regla. Como consecuencia de ello consigue el objetivo contrario a su deseo, pues María se torna más expresiva y afectuosa que nunca mientras Pepa, la del cura, se mostraba más seria y reservada que antes. Solo una última acción puede hacerle lograr el amor del viudo.
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El gusano de seda
Ortega Munilla • Los Lunes de El Imparcial • Ficción sobre estilos de vida contemporáneos • 1881
Relato donde el gusano de seda sirve como motivo para criticar la actitud de las mujeres mundanas.
Con una escritura muy consciente de sí, Ortega Munilla comienza este relato, al que subtitula «Fantasía», con un rumor de hojas destrozadas, con un roer de mil millones de pequeños dientecillos, con un gusano de seda comiendo. Este rumor evoca en la memoria la imagen de una bella dama elegante, voraz en la mesa de un hotel, con su vestido de seda. Se trata de una mujer que ha vivido devorando caudales ajenos. Su recuerdo lleva al narrador a lamentarse por aquellas pobres mujeres que en aras de la vanidad han entregado su honra. Finalmente, da conclusión al texto una sucesión de retazos de pensamiento, trozos de frases, restos de ideas, recortaduras de sueños, principios de remordimientos… todos ellos ocasionados por el gusano de la seda.
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Sueño interrumpido
Ortega Munilla • Los Lunes de El Imparcial • Ficción de terror y lo sobrenatural • 1881
Cuento donde un médico, un cura y un usurero se encuentran con un matrimonio que ha despertado de un sueño de cien años.
Nunca se han abierto las ventanas del número 37 de la calle de la Paloma, una casa apoyada con un puntal en el siglo XVIII y pegada a una fábrica de obleas que se vale de todos los adelantos del siglo XIX. Sin embargo, un buen día de 1881 sus ventanas se abren y, poco después, se ve en la calle a un hombre que suscita por su aspecto anticuado la hilaridad de las gentes que habitan la calle en día de mercado. En su tienda de antigüedades despierta a su esposa, María del Pópolo. La gente se agolpa a la puerta de la tienda, sospechando que se trata de unos farsantes o unos titiriteros. Un joven doctor, un cura y un usurero serán los vecinos encargados de entrar a hablar con ellos, descubriendo que se trata de un matrimonio que acaba de interrumpir un sueño de cien años.
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Lo inmortal
Ortega Munilla • La Ilustración Artística • Ficción de terror y lo sobrenatural • 1883
Cuento fantástico donde la inmortalidad se manifiesta a través de la fuerza.
Los condes de Añorbe tienen en sus Estados todo lo que puede desear un mortal codicioso de oro, gloria y placeres. Sin embargo, una particularidad terrible llena de sombras su mansión real. Se trata de un voto antiguo, heredado y perpetuado desde el siglo XI, por el cual los condes se ven obligados a permanecer célibes. Fruto de esta castración moral resulta una familia que es la negación de la familia, pues de su hogar nunca puede lucir la llama del amor y estos condes eunucos procuran en vano derrochar en vida una fortuna de que no podrán disponer en muerte. El último de ellos, enfermo de gota, llama a un sobrino santurrón para que le suceda, desvelándole el gran secreto de la estirpe: el primer conde de Añorbe hizo pacto con el diablo, recibiendo de él un licor de inmortalidad a cambio de su alma. Este licor, que debe ser untado sobre el cuerpo inerte del conde, está encerrado todavía, pues todo sucesor ha optado por quedarse con las riquezas y esperar que el siguiente cumpla con su palabra. En esta ocasión, el ciclo va a romperse.