El teatro Romea existió brevemente entre 1873 y 1876 en la calle de la Colegiata de Madrid. Su reapertura en el número 14 de la calle Carretas se produjo el 6 de junio de 1890, ocupando el espacio donde antes se encontraba el teatro de la Infantil. Comenzó su andadura gracias al empeño del violinista Leopoldo Marco y se mantuvo activo hasta su expropiación y derribo en 1935.
En el catálogo de Ganso y Pulpo, esta instancia aparece mencionada o citada, directa o indirectamente, en el siguiente texto: