Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta La deuda flotante

    Sátira social donde el endeudamiento no hace distingos entre clases sociales.

    El Duque de Montes de Oro recibe de nuevo el lunes, y eso que lleva tres bailes seguidos dignos de un rey. Sin embargo, dicen que tras todo su boato no hay nada más que humo, que sus propiedades están hipotecadas y se las van llevando poco a poco los ingleses. Martínez Pedrosa comienza así, desde una conversación murumuradora en el parque del Retiro, un recorrido que comienza en el Duque y concluye en los fiadores de un tendero de un barrio bajo de la capital. El nexo en común de unos y otros es el endeudamiento. El uno fía al otro para dejar a deber a un tercero, y así sucesivamente en un ad infinitum que bien podría considerarse ridículo a pesar de lo verosímil. En un mundo en el que nadie suelta una peseta sin que le vaya a producir al menos tres, van desfilando por el relato, entre otros, una mujer de mundo, una modista, un capitán, una lavandera, un tendero, unos cosecheros… Y la deuda flota como una nube negra.

  • Imagen de cubierta Lo inmortal

    Cuento fantástico donde la inmortalidad se manifiesta a través de la fuerza.

    Los condes de Añorbe tienen en sus Estados todo lo que puede desear un mortal codicioso de oro, gloria y placeres. Sin embargo, una particularidad terrible llena de sombras su mansión real. Se trata de un voto antiguo, heredado y perpetuado desde el siglo XI, por el cual los condes se ven obligados a permanecer célibes. Fruto de esta castración moral resulta una familia que es la negación de la familia, pues de su hogar nunca puede lucir la llama del amor y estos condes eunucos procuran en vano derrochar en vida una fortuna de que no podrán disponer en muerte. El último de ellos, enfermo de gota, llama a un sobrino santurrón para que le suceda, desvelándole el gran secreto de la estirpe: el primer conde de Añorbe hizo pacto con el diablo, recibiendo de él un licor de inmortalidad a cambio de su alma. Este licor, que debe ser untado sobre el cuerpo inerte del conde, está encerrado todavía, pues todo sucesor ha optado por quedarse con las riquezas y esperar que el siguiente cumpla con su palabra. En esta ocasión, el ciclo va a romperse.

  • Imagen de cubierta Los pantalones

    Sátira de la moda y costumbres de la juventud aristocrática.

    En la ciudad natal del vizconde de la Sorpresa se cree que este ha muerto de la vida de Madrid. ¡Tan guapo, tan joven, tan elegante! ¿Qué había de suceder sino que lo desgraciaran con tanto obsequio? No podían pensar otra cosa sus paisanos, que tanto lo querían y admiraban, siendo el vizconde, en cuestión de moda, el modelo a seguir. Además, este, tomando su papel por lo serio, había incluso estudiado profundamente los trajes de todos los países desde la antigüedad más remota. Ahora bien, nada más lejos de la realidad. El vizconde, deseoso de conseguir un acta de diputado y ver en acción a Lagartijo en el coso taurino, emprendió su viaje a Madrid. Un día, paseando por Recoletos, vio a un joven de la elegancia aristocrática que paseaba con los pantalones remangados. Su inquietud aumenta cuando, ya en la tribuna taurina, observa que todos los jóvenes elegantes llevan los pantalones del mismo modo. Incapaz de comprenderlo, el elegante vizconde acabará sus días delirando en la habitación de su hotel.

  • Imagen de cubierta Original, moral y de actualidad

    Sátira donde el ingenio de un articulista pone de manifiesto la vanidad imperante en la sociedad.

    Un articulista saca a relucir su ingenio ante las demandas del editor, que quiere un texto acerca de asuntos de actualidad, rebosante de originalidad en la forma y con un fondo altamente moralizador. Dadas las consignas y periódico en mano, el articulista visita a tres personas del pueblo a partir de las noticias del día. El suicidio de una joven le lleva a conocer los entresijos de su historia, relatada por una vecina; la velada artística en casa de una conocida familia aristocrática es contrastada con las impresiones de un amigo asistente; y el funeral de un hombre generoso, vacío a pesar de las expectativas, se justifica en las palabras de un monago. Las tres historias, hechas una, dan cuenta del motor vanidoso y vacuo de la sociedad.

  • Imagen de cubierta La niña perdida

    Cuento donde la inocencia infantil se ve corrompida por la conducta de sus mayores.

    Federe, hijo del conde de Lupus, es un niño siempre palpitante de expansiva alegría. Una noche, su padre le invita a ir a los jardinillos, dándole una peseta y concediéndole libertad para correr a su antojo y asistir a una función de «Fantoches». Así pues, ambos salen para allá junto al perro Moro. Mientras el conde pasea tranquila y solemnemente con otros personajes, mostrándose ante las gentes como corresponde a su nombre, Federe se topa con una niña que, parada y llena de miedo, no se atreve a dar un paso ante su perro y rompe a llorar. Consigue calmarla, ofreciéndose a llevarla hasta su madre. No obstante, la custodia de la niña es responsabilidad de una tal Lola, de quien teme sus castigos físicos. Federe y la niña perdida congenian, comparten merengue y asisten juntos a la función teatral. A la salida, se encuentran con el conde de Lupus, a quien la niña reconoce como su papá flamenco, el que hace regalos a Lola. Confuso en principio, emplea su autoridad para desacreditar a la niña. De vuelta a casa, Federe sigue preocupado y sin comprender, mientras su padre vaticina que se trata de una niña perdida. Los breves instantes de libertad de los niños quedarán siempre en la memoria.

  • Imagen de cubierta Un matrimonio

    Cuento acerca de cómo afecta a un matrimonio su ascenso a la clase alta desde la baja.

    José es ayuda de cámara en la casa de un conde. Benita es la doncella de la condesa. Ambos sirvientes se enamoran y, entre arrumaco y arrumaco, echan pestes de los señores a los que sirven. Una vez casados, deciden probar su propia fortuna y para ello abren una tienda de cuellos y puños de camisa en el quinto piso de una calle del centro de Madrid. Lejos de irles mal, continúan ascendiendo en la escala social conforme van bajando pisos de escalera del edificio. Y tras la tienda de lujo llegan las inversiones en bolsa y, con ellas, más dinero todavía. Tanto es así que llegan a tener millones de reales y sirvientes contratados en su casa. Tan solo les falta el título de condes para alcanzar la completa felicidad. Pero la vanidad y la avaricia se enfrentan, pues duele en el bolsillo el tener que cambiar oro por oropeles.

  • Imagen de cubierta La condesita

    Cuento donde la desgracia hace que una muchacha cambie la vanidad por la virtud y el amor filial.

    La historia de la condesita Ernestina de Bley sirve a la baronesa de Wilson para ilustrar que no existe escuela más instructiva que la desgracia y que las revoluciones, si bien amenazan con desquiciar el orden racional establecido con el ímpetu de las rencorosas pasiones, en ocasiones los sentimientos y las ideas de los que caen perduran en tanto que imperan en sus corazones. Este es el caso de esta joven aristócrata de la Francia revolucionaria que, en el marco de unas circunstancias sumamente adversas, obligada a dejar todo el lujo material y emigrar a Inglaterra sin nada, madura de tal modo que consigue dejar atrás su vanidad, dando paso a la más pura virtud y a la grandeza del amor filial.

  • Imagen de cubierta Begolini, el músico errante

    Relato de la historia de amor platónico entre dos jóvenes inocentes unidos por la música.

    La razón de ser de la obra de caridad de una duquesa se encuentra en su amor platónico con un joven arpista pobre y vagabundo llamado Rafael Begolini. Aquí se relata la desventurada historia de cómo ambos, a través de la música y del arpa, unen sus almas inocentes hasta el momento en que el azar vuelve a separar sus caminos.

  • Imagen de cubierta El fondo y la superficie

    Cuento en que contrasta el buen fondo de un pueblo y la superficialidad de uno de sus vecinos.

    En este relato se conoce al duque de la Chiripa, hombre de refinado egoísmo, desvergonzada ignorancia y espíritu rendido al vicio. Siempre ajeno a las empresas caritativas que buscan el bien común de su pueblo, invocando principios morales para escurrir el bulto, acaba recogiendo honores y consideraciones que todos merecen menos él, cuyo único mérito es oponerse a todo pensamiento racional y generoso de sus convecinos. La moraleja de su historia radica en el título que le da comienzo: no debe confundirse el fondo con la superficie de las cosas.

  • Imagen de cubierta Los ojos de cera

    Cuento que explora los límites del remordimiento de una marquesa ante la enfermedad de su hija.

    El sufrimiento de una marquesa ante la enfermedad que está privando a su hija de la vista sirve en este cuento para explorar los límites de un remordimiento, no del todo merecido, que ante la ineficacia de la ciencia acaba decantándose por sacrificios nacidos de la emoción.

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