Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta Carmelita

    Cuento donde una joven huérfana protege a su prometido ante los soldados invasores.

    Carmelita, huérfana desde los doce años, es conocida en el pueblo de Fontaine-Raoul, como la Virgen de Vendôme. Si bien el sobrenombre le viene dado por su extrema belleza, lo cierto es que sus cualidades morales bien podrían valerle también este apodo. Habiendo hecho siempre caso omiso a galanes y pretendientes, se acaba enamorando de Mauricio, un humilde y honrado vecino, hijo de un viejo carpintero. El día en que este debía partir a enfrentarse a los alemanes en la guerra franco-prusiana, se decide a declarar sus sentimientos de amor a la joven, que promete esperar a su retorno para casarse. Como símbolo de su amor y arcano de protección, le da una cruz heredada de su madre. Tras larga espera, Mauricio vuelve al pueblo herido de gravedad. Ambos intentarán protegerse del enemigo, cuando los hulanos invaden su pueblo.

  • Imagen de cubierta Ardides de un usurero

    Cuento donde un usurero pretende la mano de una joven tras enterarse por la prensa de la herencia inesperada que debe recibir.

    Doña Circuncisión Mendaña regenta una casa de huéspedes venida a menos en la calle de Santa Isabel. Hace ya tiempo que nadie se queda bajo su pupilaje, pues su fama es terrible y para nada envidiable. Vive con su hija Andrea, una muchacha de 20 años, dulce y simpática según la opinión de Federico, un joven que estuvo alojado en la casa, que dejó a deber ocho mesadas y que lleva ya cursando la carrera de leyes unos catorce o dieciséis años. Obviamente, la patrona no concede la mano de su hija a un hombre que, además de no tener una peseta, necesita tanto tiempo para terminar su carrera. Así es que se le adelanta don Timoteo Lobo, un usurero conocido tanto por el joven como por la patrona. Este actúa movido por la noticia de una herencia inesperada que va a recibir la señora tras la muerte de su hermano en Brasil. El usurero intentará por todos los medios que ella no se entere hasta después de la boda, pero en Madrid las noticias vuelan de boca en boca.

  • Imagen de cubierta El aderezo de perlas

    Cuento donde una joya sirve como instrumento de caridad y bondad.

    Don Justo Gálvez tenía fama de poseer una gran fortuna; pero avaro y receloso, vivió siempre pobremente, de modo que sus dos hijos, Rafael y Blanca, carecían a veces de lo más estrictamente necesario. Avaro hasta el último extremo, no perdonó jamás a un hermano suyo el haberse casado con una joven pobre; y aun cuando esta, ya viuda, había implorado su piedad para ella y una pobre niña, fruto de su unión, no había conseguido sino irritarle y endurecer su corazón más y más. Siendo viudo, guardó las joyas que componían la dote de su esposa intactas hasta el momento en que, una vez muerto él, las encontraron sus hijos. Entre ellas se encuentra un aderezo de perlas que la joven Blanca luce el día de su boda y que decide empeñar para socorrer a su pobre prima y su tía moribunda.

  • Imagen de cubierta Historia de un retrato

    Cuento que narra la historia de un retrato a lo largo de poco más de cien años.

    Eduardo de Lustonó plantea en este brevísimo relato la historia del retrato de una joven dama que contaba treinta años allá por el año de 1760. Mediante pequeños esbozos donde prima el ritmo de diálogos espontáneos y fluidos va saltando a lo largo del tiempo y el espacio para mostrarnos la mayor o menor fortuna con que lo van tratando los años tras su fallecimiento en el año de 1870, las segundas nupcias de su marido tres años más tarde, la herencia de los sobrinos de este cuando fallece en 1788, etc. Con una importante dosis de humor o recochineo, el retrato finaliza su historia completamente despojado de valor, como un auténtico zarrio que no tiene cabida en más lugar que entre los objetos que componen el atrezzo de una obra de teatro.

  • Imagen de cubierta Lo inmortal

    Cuento fantástico donde la inmortalidad se manifiesta a través de la fuerza.

    Los condes de Añorbe tienen en sus Estados todo lo que puede desear un mortal codicioso de oro, gloria y placeres. Sin embargo, una particularidad terrible llena de sombras su mansión real. Se trata de un voto antiguo, heredado y perpetuado desde el siglo XI, por el cual los condes se ven obligados a permanecer célibes. Fruto de esta castración moral resulta una familia que es la negación de la familia, pues de su hogar nunca puede lucir la llama del amor y estos condes eunucos procuran en vano derrochar en vida una fortuna de que no podrán disponer en muerte. El último de ellos, enfermo de gota, llama a un sobrino santurrón para que le suceda, desvelándole el gran secreto de la estirpe: el primer conde de Añorbe hizo pacto con el diablo, recibiendo de él un licor de inmortalidad a cambio de su alma. Este licor, que debe ser untado sobre el cuerpo inerte del conde, está encerrado todavía, pues todo sucesor ha optado por quedarse con las riquezas y esperar que el siguiente cumpla con su palabra. En esta ocasión, el ciclo va a romperse.

  • Imagen de cubierta Pedro Barrera

    Cuento donde el amor y la generosidad se ven recompensados por encima de la codicia y la rabia.

    Esta es la historia del memorialista Pedro Barrera, que tenía su puesto en un portal de la calle Relatores de Madrid. Si bien podría ser uno de tantos, este encierra una historia singular, y es que en ocasiones se acude al memorialista para asuntos íntimos. De ello resulta que el señor Barrera, a pesar de su condición humilde, tiene en adopción a dos niñas, cuyo acaudalado tío se encuentra en sus últimas horas. Si bien la fortuna de las niñas puede cambiar en breve por vía testamentaria, una ambiciosa sobrina llamada Milagros no deja acercarse a nadie hasta el lecho de muerte y niega el parentesco que le liga con las dos niñas. Gracias a la mediación del médico y el memorialista, la situación puede cambiar en el último momento.

  • Imagen de cubierta El doctor Gravidius

    Cuento que reflexiona sobre el determinismo social y la libertad.

    Se encuentran reunidos para el café el doctor Gravidius, el artista Germánico y el trabajador Lorenzo Cámara; tres hombres que completan la personalidad humana, pues representan respectivamente la razón, la imaginación y la voluntad. Debaten sobre la conciencia y la toma de decisiones, confrontándose la idea de la libertad con las tesis del determinismo social que defiende el doctor. En este contexto se une a ellos Lázaro, un desgraciado amigo del artista a quien su familia ha abandonado por holgazán y al que sus parientes han arrebatado los únicos bienes que una herencia le dejó. En términos deterministas, el doctor insinúa que el final de este hombre será el atentar contra su propia vida. Pasados más de quince meses desde esta reunión, un día llega la noticia de la muerte de Lázaro y una duda: el acto trágico… ¿había sido libre?

  • Imagen de cubierta ¡Un millón!

    Cuento donde se imbrican amor y bienes materiales.

    A Manolito le espera una noticia fatal en el amanecer del nuevo día: su abuelita acaba de fallecer. El niño, huérfano de padre, había encontrado en ella refugio tras tan gran pérdida. Con el trato cercano, Manuel se convirtió enseguida en el nieto predilecto de la señora, mientras se encontraba siempre rodeada del resto de la familia por la promesa de sus riquezas. A Manuel, sin embargo, nunca le movió ningún interés material más allá de una caja con incrustaciones de nácar y raíz de olivo de su abuela. Llegado el momento del reparto de la herencia, esta será el único bien que le sea legado al niño, si bien el resto de familiares se reparten todo un millón. El joven, conmovido y sin fijarse en lo exiguo de la herencia, encontrará que los cajones del mueble encierran más de una sorpresa.

  • Imagen de cubierta A caza de gangas

    Cuento realista de género epistolar que plantea la imposición social del dinero incluso en los asuntos que son exclusivos del amor.

    En la estación veraniega de Mondariz, un representante de la gran sociedad busca un matrimonio que le salve de la miseria en que le tienen usureros y prestamistas. En su afán conoce el amor de Celia, heredera de los Condes de Casa-Zarandiaga. Sin embargo, cartas que no debían ser leídas pondrán de manifiesto la hipocresía y materialismo que definen a la alta sociedad española de finales del siglo XIX.

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