Ganso y Pulpo

Catálogo

  • Imagen de cubierta La niña perdida

    Cuento donde la inocencia infantil se ve corrompida por la conducta de sus mayores.

    Federe, hijo del conde de Lupus, es un niño siempre palpitante de expansiva alegría. Una noche, su padre le invita a ir a los jardinillos, dándole una peseta y concediéndole libertad para correr a su antojo y asistir a una función de «Fantoches». Así pues, ambos salen para allá junto al perro Moro. Mientras el conde pasea tranquila y solemnemente con otros personajes, mostrándose ante las gentes como corresponde a su nombre, Federe se topa con una niña que, parada y llena de miedo, no se atreve a dar un paso ante su perro y rompe a llorar. Consigue calmarla, ofreciéndose a llevarla hasta su madre. No obstante, la custodia de la niña es responsabilidad de una tal Lola, de quien teme sus castigos físicos. Federe y la niña perdida congenian, comparten merengue y asisten juntos a la función teatral. A la salida, se encuentran con el conde de Lupus, a quien la niña reconoce como su papá flamenco, el que hace regalos a Lola. Confuso en principio, emplea su autoridad para desacreditar a la niña. De vuelta a casa, Federe sigue preocupado y sin comprender, mientras su padre vaticina que se trata de una niña perdida. Los breves instantes de libertad de los niños quedarán siempre en la memoria.

  • Imagen de cubierta Un matrimonio

    Cuento acerca de cómo afecta a un matrimonio su ascenso a la clase alta desde la baja.

    José es ayuda de cámara en la casa de un conde. Benita es la doncella de la condesa. Ambos sirvientes se enamoran y, entre arrumaco y arrumaco, echan pestes de los señores a los que sirven. Una vez casados, deciden probar su propia fortuna y para ello abren una tienda de cuellos y puños de camisa en el quinto piso de una calle del centro de Madrid. Lejos de irles mal, continúan ascendiendo en la escala social conforme van bajando pisos de escalera del edificio. Y tras la tienda de lujo llegan las inversiones en bolsa y, con ellas, más dinero todavía. Tanto es así que llegan a tener millones de reales y sirvientes contratados en su casa. Tan solo les falta el título de condes para alcanzar la completa felicidad. Pero la vanidad y la avaricia se enfrentan, pues duele en el bolsillo el tener que cambiar oro por oropeles.

  • Imagen de cubierta El arte por el arte

    Relato de un hombre que se jacta de haber cometido el crimen perfecto.

    Este relato consiste en la confesión de un hombre que asegura haber llevado a cabo el crimen más perfecto de la historia. Hasta tal punto lo considera así, que equipara sus emociones con el estado de ánimo del artista que ha llevado a feliz término su obra. Así, sin dejarse llevar por bajas pasiones como el odio, la venganza o la codicia, explica que su único móvil fue el mismo que el del pintor que, arrastrado por una fuerza superior, ejecuta la fuerza misma de su concepción. Vanidoso y con un fuerte sentimiento de superioridad hacia los grandes criminales de la historia, cuenta cómo se decidió a eclipsarlos bajo la premisa artística de la difícil facilidad y cómo acabó entregándose al juez de primera instancia con el fin de aparecer en todos los periódicos. No obstante, su solo testimonio no será suficiente para establecer una causa en su contra, ejecutor de un crimen realizado con tanta habilidad que ni a él mismo le es dado probarlo.

  • Imagen de cubierta Al vado o a la muerte

    Breve cuento que da escarmiento a la irresolución de su protagonista.

    Todos envidian en el pueblo a don Atilano, pues se trata de un hombre al que todo le va bien, que de nada puede quejarse: tiene una esposa que se desvive por hacerlo feliz, su hijo está cerca de ser licenciado en medicina, su hija es un encanto de belleza y humildad, su suegra es muy mayor y jamás le ha causado ninguna pena ni sembrado cizaña entre él y su esposa. Para colmo de dichas, ha ganado incluso un suculento premio en la lotería nacional con la friolera de doscientas cincuenta mil pesetas. Sin embargo, toda esta felicidad le parece incompleta, siente que todavía hay algo que le falta. Don Atilano no encontrará el valor de lo que tiene hasta haberlo perdido todo por causa de su incapacidad de decisión y nulo carácter resolutivo.

  • Imagen de cubierta El maestro triste

    Cuento que narra la desventurada existencia de un hombre benévolo y cortés.

    El maestro triste es el hazme reír del pueblo bajo de Madrid. A sus cincuenta años, sin atisbo de gran inteligencia en su cabeza y pensionado por un grande de España desde la infancia, es abonado perpetuo al rancho conventual que reparte diariamente la Escuela Pía de la calle de Hortaleza. Aunque de fondo bondadoso y dulce, tiene un exterior uraño y receloso que le lleva de casa en casa en busca de un ansiado silencio que no encuentra. Andando como las sombras, carece tanto de vicios como de virtudes y tropieza en las denominadas dos esquinas de la vejez: la miseria y la tristeza. La historia de su vida, aquí relatada, cuenta las vicisitudes de su único amor con una alcohólica inglesa y de sus dos solas afecciones.

  • Imagen de cubierta Caridad del bronce

    Cuento decadentista y misántropo protagonizado por un cañón de artillería.

    José de Siles, adalid de la descripción y voz del desasosiego bohemio, narra aquí la historia de un cañón de artillería que, convertido en héroe por los hombres en aras de los mayores despropósitos contra la humanidad, acaba dando cuenta de una misantropía de la que solo la infancia podría ser redimida. En este «episodio de la vida militar», la desesperanza y la fatalidad existencial del hombre se ven corroboradas tanto en los acontecimientos reales como en el plano del subconsciente, a medio camino entre el sueño y la alucinación acústica del narrador.

  • Imagen de cubierta Una justicia del diablo

    Sátira social vehiculada por el juicio infernal a una mujer casada en tres ocasiones.

    El diablo, después de pasar en España los años de Carlos IV y Felipe VII, y tras revisitarla en tiempos liberales, vuelve al infierno harto de la oratoria. Ahí se interesa por el caso de una anciana de 130 años, viuda en tres ocasiones, que alega ante él en su defensa el modo en que las armas, las letras y la oratoria han mermado su felicidad vital.

  • Imagen de cubierta El carnaval

    Soliloquio pesimista acerca del carnaval centrado en el concepto de la máscara.

    He aquí un soliloquio donde el pesimismo de las reflexiones filosóficas contrasta con el objeto festivo que las suscita: el carnaval, que resulta estar muerto en un día gris. Sin embargo, en la mascarada carnavalesca y existencial, todo es susceptible de subversión.

  • Imagen de cubierta La muñeca

    Cuento en que una simple muñeca se acaba convirtiendo en símbolo triunfal de la unidad familiar.

    Un hombre abandona su casa, dejando a mujer e hija, tentado de cometerles una traición… La tentación tiene nombre de mujer: Estrella, una guapa amiga de sus tiempos de soltero. De camino a la cita, el remordimiento y la muñeca ansiada por su hija van adquiriendo cada vez mayor importancia. Un cuento de moraleja, que señala que los únicos vicios de los padres se han de cifrar en los placeres de sus hijos.

  • Imagen de cubierta La serenata

    Sátira de la alta sociedad que concluye en el terreno de lo macabro.

    A partir del entierro de una aristocrática condesa se plantea esta sátira social donde los nimios y vacíos usos y costumbres de la alta sociedad quedan subrayados constantemente, haciéndose especial hincapié en un escritorzuelo esnob. La sátira se remata con la representación de una danza macabra con que los muertos dan la bienvenida a la condesa, que deja su gran mundo por «el otro».

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