Ganso y Pulpo

Catálogo

  • Imagen de cubierta Cante flamenco

    Cuento donde un cantaor confiesa su hartazgo de la juerga y la humanidad.

    El sol comienza a brillar con fuerza y contundencia en el cielo. En la habitación, último bastión de la noche, son visibles los estragos de la juerga pasada. En un ambiente viciado, cargado de olores nauseabundos y manzanilla derramada, doce bultos se reparten durmiendo la mona por el suelo. Solo dos personas se mantienen sobrias: el cantaor Pepe y un treintañero llamado Luis. Ambos entablan una conversación, té mediante, antes de dar por finiquitada la noche. De este modo se propicia la confesión del cantaor, que como trasunto del payaso triste, tras cuatro años de oficio alegrando las veladas de tanta gente con su cante flamenco, se manifiesta hastiado de su modo de vida y repudiando a los hombres que le rodean y siempre conoce borrachos.

  • Imagen de cubierta El mesonero

    Cuento de Navidad donde va creciendo el odio hacia la figura belenística del mesonero.

    El protagonista de este cuento de Nochebuena comienza recordando cómo se celebraba la pascua navideña en su casa cuando era pequeño. Pronto sus recuerdos se dirigen hacia la claridad que emana el belén, con sus figuras de barro, su río de cristale, sus montañas nevadas, su pradera de césped. Entre sus elementos hay uno que se destaca enormemente: el conjunto del mesonero que niega a San José y la Virgen parturienta asilo y calor. Recuerda cómo una anciana criada le contaba siempre esta parte de la historia representada por los nacimientos y cómo su rabia infantil no ha menguado con el paso de los años, extendiéndose su aversión y odio hacia los mesones y mesoneros reales. Relata entonces cómo se perdió una vez por un camino en la víspera de Nochebuena y cómo acabó encontrado, muerto de frío y agotamiento, un mesón en el que pedir asilo…

  • Imagen de cubierta La pasante

    Cuento donde una niña sacrifica la empatía en aras de la rectitud.

    Doña Isabel es el último retoño de una dinastía de maestros de escuela. Físicamente es una mujer muy fea, pero destaca más su hermosura y simpatía, siendo favorita entre los niños de la escuela de párvulos que dirige su padre, don Pablo, en Madrid. Isabel es conocida como la pasante a pesar de ascender tras la muerte de su madre, que tenía especial predilección por una niña llamada Angelina. Esta es vanidosa y prepotente, sumamente cerebral, y se guía por el principio rector de que quien la hace debe pagarla. Esta rectitud la asume y practica con total rigor, como demuestra un episodio de castigo en la escuela. Pasados los años, siendo ya adulta, padecerá su propia falta de empatía y compasión en sus propias carnes, contrastando con los sentimientos de doña Isabel.

  • Imagen de cubierta El chaleco blanco

    Cuento donde un chaleco blanco actúa como talismán de fortuna para su propietario.

    Esta es la historia de Lucas Blanco, un hombre rechoncho, rubio y sonrosado al que siempre se puede ver con una sonrisa en la boca. Un rentista al que le sonríe la fortuna continuamente. Las casualidades que le permiten mantener un estado de ánimo y un estilo de vida ideales se relacionan directamente con su chaleco blanco. Zurcido, ajado y pasado de moda es, sin embargo, prueba constante de que todas las bondades que le ocurren proceden de él. En definitiva, el chaleco blanco simboliza para Lucas la felicidad en este mundo. Es por ello que lo cuida con la misma solicitud que emplea una madre para con su hijo, lavándolo, planchándolo y remendándolo con sus propias manos. Nueva prueba de ello será el día en que el chaleco desaparezca, dando lugar a un cúmulo de desdichas.

  • Imagen de cubierta El solitario

    Cuento donde un misántropo cambia su filosofía tras sufrir un accidente.

    El héroe de esta historia, don Primitivo, opina que la mayor catástrofe sucedida en la historia de la humanidad, es que la soledad de Adán en el Paraíso se viera arruinada por la aparición de Eva. Este misántropo rentista prefiere, a pesar de tener una economía holgada, vivir en una buhardilla de las afueras de Madrid antes que enfrentarse al roce humano de la zona céntrica. Solo ha intimado un tanto con el narrador de la historia, a quien expone sus radicales ideas sobre la felicidad del solitario. Sin embargo, un día resbala subiendo las escaleras de su casa y se tuerce un pie. Apartado del mundo durante cuarenta días, descubre la virtud de sus vecinas (una viuda y su hija) que, desinterasadamente, lo atienden y cuidan. La experiencia transforma por completo a don Primitivo.

  • Imagen de cubierta El gato del poeta

    Cuento donde un poeta relata cómo su fortuna se debe a la casualidad de haberse encontrado con un gato.

    Preguntando un gran poeta, de nombre Pedro Paz, por el origen de su tremenda fama y su incontestable éxito en el panorama literario español, responde sin dudarlo que todo ello se lo debe a un gato. Para aclarar semejante afirmación, da comienzo al relato de su historia. Esta se remonta a sus humildes orígenes en tierras andaluzas, desde las cuales emigró a la capital convencido de deslumbrar a todos con sus versos. Nada más lejos de la realidad. Con dificultades para publicar, con un drama silbado contundentemente el día de su estreno, se encontró malviviendo con un compañero músico en el centro de Madrid. En el peor momento de sus miserias apareció un gato blanco en su buhardilla. Tan casual encuentro cambió para siempre el devenir de los acontecimientos.

  • Imagen de cubierta La loca

    Cuento donde una mujer vanidosa pierde la razón tras la enfermedad de sus hijos.

    El presente relato comienza con una apacible excursión de domingo. Su carácter es algo especial y excéntrico, pues los coches se dirigen hacia un manicomio. El trayecto tranquilo y apacible despierta ya en el ánimo de los visitantes una serie de sentimientos encontrados. Llegados ya al recinto hospitalario, disfrutan de una visita guiada por las distintas habitaciones, todas organizadas de acuerdo con las diferentes manías catalogadas por la ciencia del momento. En una de ellas se encuentran con una mujer aristocrática que, en la penumbra de su estancia, mantiene siempre tapados sus ojos. Al dejarla atrás, conocerán la triste historia de su locura, marcada por el temor vanidoso a contraer una enfermedad ocular que a más de un miembro de su familia ha dejado sumido en la ceguera.

  • Imagen de cubierta El Quijote de la boardilla

    Cuento donde la monomanía astronómica de un hombre es revelada por la portera de su edificio.

    El narrador de este cuento no puede evitar sentir curiosidad por el vecino que ocupa la boardilla de su edificio. Su comportamiento huraño, su única salida mensual de la casa, su vuelta a la boardilla siempre acompañado de un mozo de cuerda cargado de paquetes envueltos en hojas de periódico… Finalmente, cede a su debilidad y se decide a preguntar a su portera, única persona con la que su vecino parece tener algo de trato, para saber algo más de él. A través de las desinhibidas explicaciones de ella, podemos conocer con pelos y señales lo que don Miguel hace en la boardilla, siempre haciendo cuentas, siempre mirando al cielo con sus instrumentos, siempre completamente absorto en sus problemas astronómicos.

  • Imagen de cubierta Los tres sueños de Colilla

    Cuento donde un golfo vive su primera ambición y su primer desengaño.

    Este relato, como varios del mismo autor, está protagonizado por un pequeño golfo, canalla o pillete de las calles madrileñas. Este joven huérfano tiene por nombre Colilla por tratarse de una «colilla social». Acostumbrado desde su más tierna infancia a tener que ir pidiendo limosnas por doquier, sorteando y sobreviviendo a los accidentes propios de una vida miserable, alcanza la edad de once años. Por entonces ya siente predilección por las señoras hermosas, perfumadas y elegantes, en lo que a mendigar se refiere; pues del mendigar no le salvan los miserables trabajos de vendedor de periódicos, de fósforos o de arena. Una noche, tras haber rondado las salidas del teatro, consigue de una gran mujer una moneda de oro de veinticinco pesetas. Con ella nace la primera ambición del muchacho, cuyos sueños destemplados de la noche le guiarán igualmente a su primer desengaño.

  • Imagen de cubierta ¡Un duro!

    Cuento donde la base de una gran fortuna radica en el trabajo y el esfuerzo.

    Corre el año de 1877 y el narrador de este relato se encuentra de vacaciones veraniegas en un pueblo de Castilla la Vieja. En uno de esos días sale al monte para disfrutar de una jornada de caza y, desconocedor del terreno, se acaba perdiendo, incapaz de encontrar de nuevo el camino a casa. Cuando su esperanza de dormir bajo techo va desapareciendo, se encuentra con un hombre, del tipo del agricultor, aunque bien vestido. Este le informa de que el pueblo se encuentra a 14 kilómetros de ahí y le ofrece su hospitalidad para pasar a buen resguardo la noche. Este hombre es el señor Manuel, un respetado hombre que resulta poseer prácticamente todas las tierras y propiedades de la zona. A la hora de la cena, asegura que toda su riqueza la ha ganado por un solo duro. Semejante afirmación hace necesaria una explicación. Todo da comienzo en una herencia envuelta en un mensaje de mal agüero.

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