Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta El tulipán negro

    Cuento donde un floricultor busca dar con un tulipán negro para coronar a su hija una diadema de diamantes el día de su boda.

    Œlenspiegel es un hombrecillo contrahecho, feo, patizambo y jorobado, con un talento satírico de primer orden. Entre sus cualidades hay una que destaca sobre todas las demás: su pasión por las flores. Tan honda es que posee un jardín donde se cultivaban las especies más raras y caprichosas. Entre todas las especies florales tiene una predilección: los tulipanes. Por ellos antepone hasta su propia salud; por ellos llegó a hacerse tremendamente rico. Ahora bien, todas las flores de su jardín no valían un centavo al lado de Gilda, su hermosísima hija, la cual se enamora de un joven pintor francés llamado Duval. Si bien el amor de ambos es ciego y manifiesto, nada sospecha Œlenspiegel, siempre centrado en sus tulipanes, preocupado por conseguir uno de color negro. Gilda ve en ello un presagio de muerte, mas con la noticia de su próximo casamiento, se convierte en una dulce esperanza.

  • Imagen de cubierta Historia de una flor

    Cuento donde una flor relata en primera persona su ajetreada existencia.

    Este relato se remonta a los remotos tiempos en que tanto los animales como las plantas hablaban el lenguaje de los hombres, pues es una flor la que da cuenta de su existencia en primera persona, con sus propias palabras. Si bien esta solo alcanzó a estar en este mundo por veinticuatro horas, pasó por diversas peripecias y conoció a un buen número de personas que con ella interactuaron. Por consiguiente, desde su mirada se nos presentan entonces los caracteres de dichos individuos, así como los sentimientos que los mueven, ofreciéndonos un retrato impresionista de la sociedad en que le ha tocado nacer. Desde el niño travieso al monaguillo enamorado, pasando por el viejo verde y la beata caritativa, he aquí el viaje vital de una bella flor.

  • Imagen de cubierta Tres besos

    Cuento donde un hombre consagra su amor a una mujer enamorada pasionalmente de otro.

    El narrador de esta historia comienza su relato a bordo de un barco llamado Balear, donde encuentra a una preciosa joven llamada María, ante cuyos encantos cae rendido inmediatamente. Sin embargo, conoce por su madre que la muchacha está perdidamente enamorada de otro hombre desde hace varios años. Ella misma así se lo confiesa, pidiéndole además que interceda ante su madre para conseguir el enlace que tanto ansía. Él así lo hace, aunque con el pesar del enamorado impotente, recibiendo por recompensa un beso en la mano. Años más tarde, sus caminos vuelven a cruzarse en la nocturnidad de las calles madrileñas. Una vez más, él tendrá que sacrificar su amor en aras del que ella siente por su marido, recibiendo un nuevo beso en sus manos. Tras una nueva elipsis, la casualidad quiere que vuelvan a encontrarse y, en esta nueva ocasión, su nuevo sacrificio de amor encontrará un tercer y postrer beso.

  • Imagen de cubierta Castillos en el aire

    Cuento donde la ambición material pone en compromiso los bienes morales que ya se tienen.

    La vida del platero don Lino discurre sin preocupaciones. Felizmente casado con doña Mónica y amado también por su hija Salvadora, su vida es uniforme y sin ambiciones. De hecho, la única ambición de su entorno parece ser la de su empleado Mariano, un chico honrado que comparte con su hija las delicias del amor y espera poder casarse con ella algún día. En este contexto, una nota leída en La Correspondencia echa todo al traste. Don Lino quiere de repente ser millonario por la vía rápida, y así piensa que lo va a conseguir gracias a la empresa de don Carlos, que le garantiza que con una inversión de diez mil duros puede ganar en poco tiempo dos millones. Así, embaucado por su nuevo socio y deslumbrado por el lujo, comienza a avergonzarse de su vida pasada y adoptar las costumbres que siempre había vituperado. La paz doméstica desaparece, su carácter se torna agrio y orgulloso… hasta el día en que don Carlos desaparece.

  • Imagen de cubierta La cabeza de San Pablo

    Cuento legendario donde un cuadro inacabado se concluye de un modo sobrenatural.

    Corre un año incierto del siglo XVII cuando un pintor que se dirige a Palencia decide hacer noche en una posada de Sahagún. Prontamente es llamado por el marqués de San Lorenzo para hacerle un encargo, consistente en la elaboración de un cuadro de San Pablo. Para ello cuenta con el plazo de una semana, pues la obra debería estar lista para el día de su festividad, el 29 de junio. El pintor acepta el trato y todo va bien hasta que se da cuenta, a falta de dos días para la entrega, de que ha dejado para el final el dibujo de la cabeza. Esta toma de conciencia se traduce rápidamente en un bloqueo artístico. En busca de inspiración y relajación decide ir a tomar el aire y, apoyado en una roca, se queda dormido. Al despertar, va raudo al granero para concluir la obra. Sin embargo, comprueba despavorido que alguien o algo ya lo ha hecho por él.

  • Imagen de cubierta Historia de un matrimonio

    Cuento en tono de humor que muestra lo ridículo de supeditar un matrimonio a condiciones previas.

    Pedro, un joven de veinte años, está perdidamente enamorado de Aurora, que cuenta con diecisiete años y le corresponde de todo corazón. Ambos tienen claro, en la primavera de sus vidas, que quieren casarse y pasar el resto de sus existencias juntos. Ambas familias no tienen inconveniente en ello, sin embargo concuerdan que Pedro debe hacer antes un viaje de dos años por el mundo con el objeto de adquirir la experiencia de mundo que todo hombre casado necesita. Así es que embarca en Cádiz, con tan mala suerte que al poco tiempo llegan a su tierra natal terribles noticias: su barco ha naufragado. Así es que Aurora acaba contrayendo matrimonio, a instancias de su madre, con un viejo comerciante. Mala suerte, pues Pedro fue el único superviviente del naufragio y llegó a su pueblo justo a los dos años de haber marchado. Desde entonces, ambos siguen ansiando casarse, mas siempre algún obstáculo surge en el camino como una fatalidad del destino.

  • Imagen de cubierta Ocho días en el campo

    Cuento donde la experiencia del veraneo no resulta como se esperaba.

    Julieta se siente enfermar, nota que debe salir de Madrid ese verano sin falta o su salud acabará por desaparecer. Ya puede oponerse Leoncio, su marido, pero el médico ha sido completamente claro al respecto: necesita ir a unos baños o, cuando menos, a tomar el aire puro y fresco del campo. Finalmente, consigue que su marido acepte su salida de Madrid, gestionando todo para conseguir una casa de verano en el pueblo de Valdemoro. Una vez allí, los contratiempos propios de la naturaleza ponen de mal humor a Julieta, confiada sin embargo en encontrar un buen desayuno y poder descansar de tales peripecias. Sin embargo, pronto se dan cuenta de que todos los alimentos buenos parten al punto de la mañana hacia Madrid y que, lo poco que queda, aun siendo rancio, se cobra a precio de oro. Tras ocho días en el campo, Julieta repasa con su marido las cuentas de su ansiada experiencia.

  • Imagen de cubierta El hombre del levitón

    Cuento donde un hombre acuciado por un acreedor deposita todas sus esperanzas en la venta de un remedio capilar.

    Don Eulogio Fernández y Rodríguez quiso en su día hacer unas reformas en una finca de su propiedad. Para ello, se vio precisado de pedir dinero a varios prestamistas de la zona. Con el fin de no perder su propiedad hipotecada, viajó hasta Madrid con la ilusión de conseguir el dinero mediante la venta de un remedio familiar contra la caída del cabello. Sin embargo, el tiempo pasa y el privilegio de invención que debe firmar el ministro de Fomento no llega nunca. Mientras tanto, le llega una carta de don Cosme Barrigón, un usurero que ha comprado todas sus deudas con el firme propósito de hacerse con su finca. Acuciado por el plazo y no conocer los rasgos físicos de su nuevo y único acreedor, don Eulogio pasa los días atenazado por la incertidumbre. Un día aparece un hombre con un levitón buscándole. Ha llegado el momento de enfrentarse al usurero.

  • Imagen de cubierta Ardides de un usurero

    Cuento donde un usurero pretende la mano de una joven tras enterarse por la prensa de la herencia inesperada que debe recibir.

    Doña Circuncisión Mendaña regenta una casa de huéspedes venida a menos en la calle de Santa Isabel. Hace ya tiempo que nadie se queda bajo su pupilaje, pues su fama es terrible y para nada envidiable. Vive con su hija Andrea, una muchacha de 20 años, dulce y simpática según la opinión de Federico, un joven que estuvo alojado en la casa, que dejó a deber ocho mesadas y que lleva ya cursando la carrera de leyes unos catorce o dieciséis años. Obviamente, la patrona no concede la mano de su hija a un hombre que, además de no tener una peseta, necesita tanto tiempo para terminar su carrera. Así es que se le adelanta don Timoteo Lobo, un usurero conocido tanto por el joven como por la patrona. Este actúa movido por la noticia de una herencia inesperada que va a recibir la señora tras la muerte de su hermano en Brasil. El usurero intentará por todos los medios que ella no se entere hasta después de la boda, pero en Madrid las noticias vuelan de boca en boca.

  • Imagen de cubierta Las tres naranjas

    Cuento oriental donde tres naranjas simbolizan los ideales de caridad, fe y esperanza.

    En este cuento maravilloso vive el poderosísimo rey Abul, padre de tres hermosos y robustos mancebos y dueño de un palacio de impresionante arquitectura. La fama de este era universal, y de todas partes del mundo llegaban diariamente infinitos viajeros, ávidos de contemplar por sus propios ojos aquella maravilla nunca bien ponderada. Entre ellos, un día llega un viejo árabe al que abrasa la envidia y, movido por ella, hace creer al rey que la construcción de su palacio es obra de un espíritu maligno. En sueños conoce el modo de acabar con el palacio que ansía y no puede poseer, pues si algún príncipe llegase hasta el castillo del Águila negra, y penetrando en sus jardines, arrancase de él tres naranjas, una vez de vuelta con ellas, bastaría que las colgase de las tres puertas de entrada de su palacio, para que este se viniera inmediatamente abajo. Engañado el rey sobre el poder de las naranjas, envía a sus hijos, de uno en uno, a conseguirlas.

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