Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta El beso

    Cuento donde un acto de amor desinteresado acaba salvando la vida del Jefe de una prisión.

    Nadie más violento y malvado que Juanillón, carne de presidio que, aun habiéndose salvado del garrote por un indulto, tiene escrito que ese ha de ser su final. Este vil hombre tiene un hijo, marcado ya desde su nacimiento para ir a presidio, tan feo, enclenque y malo de condición que nunca ha conseguido que nadie le bese, que nadie le asista o sienta lástima por él, que nadie le dé limosna o se compadezca de su mala fortuna. Ni siquiera su padre, al que visita en el presidio, ha tenido nunca un gesto de amor hacia él. Sin embargo, un día, en una de sus visitas, el pequeño tropieza, cae y se lastima. El Jefe de la prisión, al verlo, se acerca a asistirlo y procura calmarlo con un beso. El primer beso que un humano le brinda. Juanillón lo ve todo. Juanillón nunca olvida.

  • Imagen de cubierta El clown

    Cuento donde la gente no se compadece de la tragedia vital de un payaso.

    El más grandioso payaso de la época es un hombre conocido como Tony. Con su cara pintada de almazarrón y albayalde, hace las delicias del público desde el momento mismo de su entrada, cuando se presenta con un increíble berrido. A partir de ahí entretiene al público con juegos malabares, imitaciones de animales, juegos con sombreros, etcétera. Su número más reclamado es cuando comparte la escena con un borrico, momento que grandes y pequeños esperan siempre con ansiedad. Un día, en una de sus actuaciones, el clown se enternece con un niño del público, pero la gente se lo echa en cara, pues él está ahí para hacer reír, no para conmover. Tiempo después, se ve en la tesitura de tener que salir a actuar mientras su propio hijo se está muriendo asfixiado por el garrotillo.

  • Imagen de cubierta El pescado de oro

    Cuento pesimista donde la salvación fortuita de una familia desgraciada llega demasiado tarde.

    En un pueblo de la costa cantábrica vive Escolástica junto a su hijo Juanito, de cuatro años, y una inocente niña de apenas unos meses de edad. La reciente muerte del cabeza de familia en el mar, que solo devolvió su bote destrozado, los tiene sumidos en el hambre y la miseria. El pequeño procura cada noche conseguir algún pez olvidado en las orillas de la playa, mas siempre sin fortuna. Poco a poco, la madre va perdiendo sus fuerzas. Sin embargo, una noche de terrible tormenta todo parece dispuesto a cambiar. El pequeño Juan, decidido, sale a la playa y su sagacidad es premiada con un rodaballo de dorados reflejos. La madre decide que lo mejor es venderlo, pero en su último aliento, el pez acaba en las llamas de la lumbre. Jugando Juan con sus despojos, encuentra en él una preciosa sortija. ¿Es quizás el fin de la miseria de esta desgraciada familia?

  • Imagen de cubierta Juanilla «la Musa»

    Cuento donde el estudio del latín da pie a una historia de amor que concluye en la ingratitud.

    Miguelito acaba de llegar a Burgos desde su Cádiz natal debido al traslado militar de su padre. En el frío de su nueva ciudad acude a clase de latín, liderada por el dómine don Jerónimo. Sin embargo, no está preparado para ella, pues lleva dos meses de retraso. Para ponerse al día es enviado a recibir la lección con Juanilla, apodada «la Musa» por los chicos de la escuela. Es esta una muchacha de doce a catorce años, hija del dómine. El sentimiento de antipatía surge entre ellos desde el primer instante, de modo instintivo, dando lugar a un odio recíproco y profundo. Sin embargo, al demostrarse con el tiempo que era un discípulo brillante, ella llega a envanecerse. La preparación para una competición escolar hace que ambos vuelvan a pasar mucho tiempo de estudio juntos y, poco a poco, sientan la mutua connivencia de sus almas en el mundo de los grandes poetas. Tres años más tarde se reencuentran habiendo sido Miguel herido por los carlistas. El amor que surge en Juanilla entonces no será solo rechazado, sino que la ingratitud de él romperá su corazón.

  • Imagen de cubierta Crueldades de la fortuna

    Cuento donde se contraponen la riqueza material y la felicidad en la salud.

    El cuadro familiar formado por don Plácido, su mujer Elena y la hija de ambos, Esperanza, no puede ser más bondadoso. No solo reina el amor y la concordia entre ellos, sino que además en la casa reinan la riqueza y la abundancia. De este modo, el futuro de la niña parece estar asegurado, pues cuando alcance la edad propicia al noviazgo, será una muchacha con una muy buena dote. Sin embargo, el destino trae a esta casa la enfermedad, que en forma de anemia comienza a apoderarse de la pobre niña. Todos los consejos médicos parecen traer consigo pronta mejoría, pero igual de prontamente los síntomas reaparecen con mayor ímpetu. Desesperado, don Plácido está dispuesto a desprenderse de todas sus riquezas y ambiciones en el caso de que su querida hija se sane.

  • Imagen de cubierta La corrida

    Cuento donde un niño de una familia pobre y analfabeta acude por primera vez a la barbarie de una corrida de toros.

    En uno de los barrios bajos de Madrid viven Eulogio y Norberta junto con sus dos hijos: Felipín, que cuenta ocho años pero aún no va a la escuela, y un niño de pecho. Asfixiados y envilecidos por la pobreza, con pocas pertenencias para empeñar, reciben una limosna del Refugio. Lejos de emplearla para aliviar sus deudas y llenar sus estómagos, no dudan en gastar lo recibido en ir a una corrida de toros. Esta es la primera a la que asiste Felipín, cuya inocencia se ve corrompida por la vileza y la sangre del espectáculo. Al día siguiente, la familia ve una pendencia de honor entre dos vecinos en plena calle y el niño, tras su experiencia, entiende que debe festejar la barbarie, mientras su pequeño hermano, anémico, sigue debilitándose.

  • Imagen de cubierta El retrato y el pañuelo

    Cuento donde se confrontan los valores de un adulto de alta sociedad con los de un golfo callejero.

    Es día de revolución. Las calles de la capital se llenan de barricadas y gritos llenos de violencia contra el poderoso de ayer. Defenderlo requiere de mucho valor, heroísmo o abnegación. Pero no es el caso de uno de sus protegidos, a pesar de que es a ese hombre a quien debe su posición, nombre y riqueza. Así es que se debate ante el dilema de dar la cara por él o renunciar a su relación, simbolizada en un gran retrato del gran hombre que tiene sobre la chimenea. Su decisión contrasta con una segunda escena, donde Pesquis, un chiquillo miserable, golfo callejero que se gana la vida robando pañuelos a los señores en un gran paseo, se encuentra ante la tesitura de ayudar a su compañera teniendo para ello que delatarse.

  • Imagen de cubierta Donato y Valentina

    Cuento dramático donde la desgracia se ceba con los más desfavorecidos.

    Un grupo de amigos sale hacia Valencia para disfrutar del aire puro que ofrece la Albufera, donde además se levanta el coto de caza. Felices ante la perspectiva de la jornada cinegética, afrontan con alegría la noche anterior con una opípara cena y buenos cigarros. Retirado por un momento ante la orilla del mar, el narrador se sumerge en sentimientos melancólicos y, paseando por entre las barcas destruidas de la playa, se encuentra con dos niños medio desnudos que dormitaban bajo las tablas carcomidas de una lancha. Enternecido por el encuentro, la llamada de sus amigos y la jornada de caza pronto le hacen volver a sus sentimientos prosaicos. Al día siguiente, tras la jornada en el mar, vuelve a encontrarse con ellos y no puede evitar considerarlos como el tipo emblemático de la inocencia. Dos años después, vuelve a la Albufera y aprovecha la ocasión para volver a visitarlos…

  • Imagen de cubierta Francisco

    Cuento donde el mejor capital posible son la inteligencia y la voluntad.

    Francisco es un niño huérfano de padre y madre que vende periódicos a la puerta del teatro del Príncipe, logrando por su agradable fisonomía más ventas que el resto de sus compañeros. Favorito de un banquero, le da muestras de su ambición vital y le explica que con cuatro duros sería capaz de hacerse millonario. El banquero decide entonces ayudarle, curioso de saber si el chico será capaz de aprovechar la oportunidad, dándole los soñados duros. Diez años más tarde, un joven llega en carruaje y con criado a la puerta del teatro del Príncipe para disfrutar de la función en beneficio de la actriz Matilde Díez. La casualidad quiere que allí auxilie a una muchacha que se ve importunada por un calavera por las calles del centro de Madrid. La muchacha resulta ser la hija del banquero que en su momento le dio sus primeros cuatro duros, ahora convaleciente y arruinado. El reencuentro sirve para atestiguar que el mejor capital posible son la inteligencia y la voluntad.

  • Imagen de cubierta El nietecito

    Cuento que aborda los conflictos que la vejez trae consigo para la familia.

    Tras un exordio donde Luis Mariano de Larra reflexiona acerca del nacer estrellado o nacer con estrella, sobre todo en el campo artístico, da paso a un cuento que él mismo denomina «inclusero». Este comienza con un anciano que, ya sin fuerzas para trabajar y solo deseoso de acabar sus días en la mayor tranquilidad posible, decide ofrecer a su hijo y a su nuera todo el dinero de que dispone a cambio de un sitio en la mesa y otro en el hogar de la joven pareja, que acepta encantada la proposición. Sin embargo, lo que durante el primer año es una felicidad, pronto se ve como un deber y, finalmente, como una carga. El nacimiento de un nieto a los dos años del arreglo, desencadena el abandono del abuelo y da pie a diferentes escenas de indiferencia por parte de su hijo y su nuera.

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