Catálogo
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La mata de claveles
Mazas • El Globo • Narrativa romántica • 1887
Cuento orientalista donde la avaricia desemboca en una peligrosa prueba de amor.
Pou-Tho, distinguido diplomático chino, y su mujer Tha-me, no se volvieron de España a Cantón sin una exuberante mata de claveles blancos que plantar en el jardín de su palacio chino, allá en Cantón. Como elite aristocrática y linajuda, solo los más distinguidos podían llegar a tener un clavel del jardín de Pou-Tho, lo cual era símbolo inequívoco de distinción y de nobleza. En paralelo, encontramos a Tsen-fú, joven enamorado de una hermosa muchacha llamada Lo-lo, que de rodillas suplica una prueba de amor para conquistar el frío corazón de su amada. Ella le promete su atención si consigue para ella los claveles blancos de Pou-Tho. El amor, en este caso, supera a la cobardía y el joven se compromete a llevar a cabo tan temeraria acción.
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El duelo
Hernández Bermúdez • La Ilustración Ibérica • Narrativa romántica • 1885
Cuento donde dos jóvenes deben batirse en duelo a petición de su amada.
Antonio y Juan comenzaron a odiarse el día en que supieron que el otro también amaba a la misma mujer. Para resolver el conflicto se deciden a presentarse ante ella y reclamarle que escoja a uno, de tal modo que el otro se retiraría para siempre de su empeño seductor. Uno llega confiado de ser el elegido, pues su cartera es abultada. El otro también va confiado de salir vencedor, pues considera que la belleza y el porte son mucho más valiosos que el dinero. Ninguno de ellos esperaba encontrar por respuesta que el escogido sería el que mostrase más valor en un duelo a muerte. Ni uno ni otro se caracterizan por su valentía, teniendo en más estima su propia vida que el amor de una muchacha caprichosa. Sin embargo, solo puede quedar uno.
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La venida de Bartolo
Escamilla • El Periódico para Todos • Mitos y leyendas narrados como ficción • 1878
Cuento que narra cómo se convirtió en un pueblo leonés la tradición de los reyes magos en la de esperar a Bartolo.
La tradición de esperar a los Reyes Magos la noche del 5 de enero es centenaria en numerosos puntos de España. Como nos cuenta Pedro Escamilla en el exordio de este cuento, la tradición consistía originalmente en dar la broma a algún alma cándida con la promesa de que los Reyes habían de llegar con oro a manos llenas para todos aquellos que fuesen a buscarlos. Así, el inocente de turno cargaba toda la noche con una pesada escalera a la que poderse subir regularmente para atisbarlos. El regocijo del grupo siempre se completaba con generosas dosis de vino. Pero resulta que en una aldea leonesa en lugar de esperar a los Reyes, se espera a un tal Bartolo. Es precisamente su historia de amor y fe la que en estas líneas se recoge.
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El castillo de Aunqueospese
García Sánchez • El Periódico para Todos • Mitos y leyendas narrados como ficción • 1873
Leyenda medieval sobre un amor imposible asociada al castillo abulense de Aunqueospese.
En algún momento de finales del siglo XII, un joven enamorado, llamado Sancho, cabalga a gran velocidad su alazán. Atrás deja los picos del Guadarrama y frente a él aparece por fin la muralla de la ciudad de Ávila. Allí se encuentra Guiomar, su amada. Cuando llega con su corcel jadeante a los pies del castillo donde ella habita, no tarda en aparecer en uno de sus aljibes el rostro de su adorada. Por lo tardío de la hora ella ya no lo esperaba. Mientras discuten lo inmenso de su amor, ella cae desplomada en el interior del castillo y él no duda un momento en trepar, espada en mano, para acabar enfrentándose con el padre de Guiomar, que se opone al noviazgo por diferencias de clase social. Como resultado de este encuentro, Sancho es desterrado de la ciudad. Obstinado en su amor, construirá junto a la ciudad su castillo, el conocido como «Aunque os pese».
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El diamante negro
López Bago • La Moda elegante • Mitos y leyendas narrados como ficción • 1884
Cuento de hadas donde el amante es precisado a cumplir una prueba de amor para conseguir la mano de la princesa.
El príncipe Amur sobresale en todos los ejercicios de destreza y fuerza a la par que estudia con aprovechamiento la Filosofía y las demás ciencias conocidas. Sin embargo, aun siendo joven, valeroso y honrado, no consigue la mano de la princesa Besalia, de quien está perdidamente enamorado. Con motivo de un baile en el Palacio Real, al que acuden también las hadas que reinaban sobre los reyes, Amur pretende declararse a su amada por centésima vez. Antes de proceder, pide consejo a sus protectoras, sus hadas madrinas, que le indican que debe averiguar cuáles son los gustos e inclinaciones de ella. Besalia lo tiene claro: dará su mano a quien le entregue el mítico diamante negro. En un principio Amur piensa que le están pidiendo un imposible, pero no obstante va a pedir consejo a las hadas.
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La mesa nupcial
Wilson • El Periódico para Todos • Mitos y leyendas narrados como ficción • 1874
Tradición alpina donde un hombre supera una prueba de amor con la ayuda de un hada.
Este cuento se basa en una tradición alpina que nos traslada hasta la Edad Media para dar cuenta del origen del dolmen conocido como «Piedra de las Hadas». Para ello se nos presenta al barón de Châtelet, señor feudal imperturbable y ajeno a todo sentimiento hasta el instante en que su desposada muere en el parto de su única hija. Desde entonces, completamente ensimismado en su nuevo sentimiento, procura protegerla de todo matrimonio posible para conservarla a su lado. Así lo descubre Loys de Bellecombe, muchacho de buen corazón del que la muchacha se enamora a primera vista. Cuando este va a pedir su mano, se encuentra con la petición irrevocable de que en el término de una noche debe formar con los enormes trozos de roca desprendidos de las crestas alpinas la mesa para el festín nupcial. La leyenda dice que un hada venció los obstáculos interpuestos al verdadero amor.
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La hilandera
Escamilla • El Periódico para Todos • Narrativa romántica • 1876
Cuento donde un muchacho vence con su ingenio los obstáculos que se imponen a su amor.
En casa de la tía Úrsula hay un dibujo que representa a una hilandera, de nombre Berta, trabajando en la rueca un copo de lino. En la familia nadie conoce el origen del hermoso dibujo, que muchos años después continúa, inamovible, sobre la campana de la chimenea. En el tiempo del relato, la vieja tía Úrsula vive con una nieta llamada del mismo modo que la hilandera, aunque mucho más bella si cabe que la del retrato. Tanto que la abuela piensa que un emperador podría dar su corona e imperio por su mano. Es por ello que no quiere darla en matrimonio a Maturino, un muchacho sin oficio ni beneficio, pero terriblemente enamorado de la joven. La vieja tía Úrsula, sirviéndose de un adynaton, le dice que podrá desposarla cuando la hilandera del dibujo concluya su trabajo. El amor hará que el muchacho aguce su ingenio.