Catálogo
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Exposición de cabezas
Fernández Bremón • El Liberal • Ficción satírica y paródica • 1892
Sátira social donde cada tipo humano se corresponde con un animal.
Don Caralampio es un viejecillo ochentón al que el cuerpo no deja de vibrarle ni por un solo momento. Pronto hace su entrada en la cafetería para tomarse una taza de café, una más del mínimo de cincuenta que él mismo recomienda tomarse cada día. A esta bebida atribuye el poder de dotar al hombre de lucidez, llegando en su caso incluso a ser el motor de su existencia, la razón de que siga vivo. Pero la cosa no queda ahí, pues asegura que, en su caso, el café le infunde de una gran claridad mental que desemboca en la llamada doble vista. Así, mientras el común de los mortales ve a los hombres como son en apariencia, él lo hace como son en realidad, viéndolos adornados de la última cabeza que tuvieron antes de su reencarnación. De este modo, comienza a dar cuenta de un vasto bestiario social.
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El león de bronce
Dicenta • El Liberal • Crímenes y misterio • 1892
Cuento moralista donde el remordimiento vence al crimen.
Un hombre ha sido juzgado y llevado a prisión. Desde su celda, monologando para una persona imaginaria, cuya posición adoptará el lector del cuento, confiesa el modo en que una idea ruin se alojó en su cerebro de un modo radical y persistente: la idea de matar a un vecino avaro que guardaba como un tesoro los ahorros de su vida. Tras una intensa lucha consigo mismo, o más bien lucha entre dos de sus yoes, se decide aprovechar la fragilidad del viejo con nocturnidad y alevosía. Armado con su cuchillo, que luce en la empuñadura un león de bronce, entra en el dormitorio del avaro con la clara intención de matarlo y llevarse su dinero. Nada impide que lo haga. Pero sí hay algo que lo impide escapar.
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La jaula del mundo
Fernández Bremón • El Liberal • Mitos y leyendas narrados como ficción • 1893
Fábula que demuestra el modo en que nuestra libertad siempre tiene límites.
Todo comienza con una discusión tonta entre la ortiga y el clavel. Resulta que al primero le marea el olor de la flor. Como respuesta obtiene una queja por parte de esta, pues se siente molesta por el desgarro constante que le provocan los pinchos de su vecina. Como mediador en el conflicto toma parte el árbol que les da sombra. No comienza del todo mal, apelando a la paciencia y la solidaridad. Sin embargo, pronto decide tomar parte, reconociendo que el olor del clavel es fuerte. A partir de ahí van sumándose más y más voces al conflicto, siempre echando en cara algo a un vecino o compañero de fatigas. La situación se irá así agravando hasta llegar a demostrarse que no existe ser vivo en este mundo que goce de verdadera libertad.
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La lotería del diablo
Echegaray • El Liberal • Mitos y leyendas narrados como ficción • 1897
Cuento donde el diablo juega una peculiar lotería de Navidad para salvar su alma.
Partiendo de la idea de que el diablo, para poder ser considerado como tal, es un ser vicioso, no es de extrañar considerarlo un jugador tramposo movido siempre por una envidia infinita. Es por ello que una de las cosas que más le remueven las entrañas es la lotería de Navidad. Así, se decide un día a pedir una lotería propia a Dios a través de un ángel, antiguo amigo suyo. Y Dios le concede una suerte de lotería dividida en tres sorteos para que él pueda recuperar el sitio que perdió en las alturas. ¿Conseguirá el diablo algún premio en su particular lotería de Navidad?
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Batalla de monos
Fernández Bremón • El Liberal • Ficción satírica y paródica • 1893
Cuento donde un sombrero provoca la guerra entre dos familias de monos.
La caravana avanza penosamente por la selva africana, entre troncos caídos y ramas muertas. En un bosque como este, tan solo las aves y los monos pueden ver el cielo. Los monos, que conforman un pueblo alegre y saltarín, felices en sus costumbres de vida amorosa y tranquila. En mala hora uno de estos monos, que por oficio tenía el de explorador y vigía, encontró a un animal desconocido: un inglés. Ambicioso de trofeo, se hace rápidamente con su sombrero de explorador, que pronto suscita la envidia de otra tribu de monos, desembocando finalmente en una grande y cruenta batalla.
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El nido de gorriones
Dicenta • El Liberal • Ficción sobre la vida familiar • 1893
Cuento donde la vejez se aferra al trabajo ante la perspectiva de su abandono una vez repartida la herencia.
El tío Roque es un campesino aragonés que lleva con energía sus setenta y cinco años, manteniéndose plenamente activo en la administración de sus fincas y propiedades, calculadas por los inteligentes del contorno en ciento cincuenta mil duros. Este buen hombre se encuentra en completa compenetración con la tierra, hasta el punto de parece ser extensión de la misma. Sin embargo, la edad no perdona y, poco a poco, su salud se va quebrando con el rudo trabajo a que venía entregado desde el amanecer de cada día. De todos modos, se muestra incapaz de abdicar, de darse al reposo y dejar al cuidado de manos ajenas el cuidado de lo que es suyo. Es por ello que sus cuatro hijos deciden plantarse ante él para poner fin a la situación. Mas el tío Roque seguirá en sus trece y dará como razón la moraleja de su experiencia con un nido de gorriones.
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El romance del astrólogo
Fernández Bremón • El Liberal • Crímenes y misterio • 1892
Relato donde el orgullo motiva la confesión de un crimen.
José Fernández Bremón abre este relato con unas eruditas notas acerca de los ajusticiamientos realizados en Madrid durante los siglos previos a la época que le es contemporánea, centrando su atención en un crimen acontecido en 1680. La víctima es un astrólogo, que antiguamente había sido clérigo. El asesino es un tal Tiburcio, rico tabernero de la calle de Toledo. Adentrándose en los posibles motivos del crimen, se teje una breve historia que parte de los consuelos a la viuda. Los excesos etílicos, la envidia del prójimo y las más altas cotas del orgullo darán poco a poco lugar a una peculiar confesión, que si bien llega tarde, deja de manifiesto una corrupción moral que parece ser inherente al género humano. Eso bien merece un romance.
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La primera lluvia
Echegaray • El Liberal • Mitos y leyendas narrados como ficción • 1892
Fábula que da cuenta de cómo las nubes aprendieron a llorar.
En este cuento o quisicosa, José de Echegaray se adentra en el terreno de lo fabuloso para dar cuenta de que en las primeras épocas geológicas, si bien había humedad universal, no llovía. Por consiguiente, el cuándo, el cómo y el por qué de la primera lluvia es el asunto central del relato, protagonizado por unas nubes permanentes que vagan por el espacio, normalmente apiñadas, como un rebaño flotante de monstruos; por unas nubes en perenne estado de lucha, de ira y de dolor. Su existencia da un giro el día en que descubren en la tierra a una mujer, visiblemente dolorida y desesperada. Al acercarse a ella descubren que estaba llorando. La mujer rocía algunas de ellas con sus lágrimas, como si se tratara de un bautismo de llanto. Mas este es solo un primer paso para el desahogo: hay que saber cómo deshacerse de las lágrimas para poder llorar.
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Los microbios
Fernández Bremón • El Liberal • Ficción sobre distopías y utopías • 1892
Cuento que plantea la existencia humana tras la erradicación de los microbios.
Un hombre, trasunto del autor, se va a dormir bajo la influencia de una lectura científica que valora el empleo de la electricidad para erradicar los microbios del cólera y el propósito de crear gabinetes de electrización a donde acudieran todas las personas para recibir los chispazos. Así, enhebrando hábilmente las distintas partes de un sueño, se nos muestra al hombre ante ejércitos interminables de microbios en orden de batalla de los que es preciso huir; también vemos a la gente amotinada en las calles contra ellos, logrando imponer finalmente su idea del proyecto médico para la erradicación total. A partir de entonces, se suceden varias escenas de ese mundo donde la electricidad se impone sobre las enfermedades, donde no existe nigún microbio y solo se puede alcanzar la muerte de forma violenta.
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Morito
Lustonó • El Liberal • Tema narrativo: llegada a la madurez • 1893
Cuento donde se ensalza la bondad de un perro frente a la maldad de un chico.
El narrador de esta historia ha ido a visitar con su amigo Julio una exposición canina. En ella ha podido aprender las grandes virtudes que caracterizan a cada una de las razas. Cuando se disponen a ir a comer hacen una rápida parada en la casa del amigo, que le invita a subir con la promesa de mostrarle un ejemplar de perro muy superior a cualquiera de los que han visto en la Exposición. Una vez arriba se encuentra frente a frente con Morito, un perro maravillosamente disecado. Julio explica entonces que dicho perro no solo salvó la vida de una persona muy querida para él, sino que también le dio una lección que siempre tendrá presente. En dicho contexto, da comienzo el relato de aquella aventura pasada, donde la lealtad y bondad de Morito se contrapone a la maldad innata y cainita de un niño.