Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta El blanco y el negro

    Cuento donde se ponen en entredicho los desmanes del supremacismo racial.

    Ciertas disquisiciones teológicas hacen discurrir el comienzo de este relato, centrándose prontamente en los problemas surgidos de la aseveración de que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Dejando a un lado las numerosas posibilidades de la existencia de vida extraterrestre, se da paso a las incompatibilidades existentes entre los creyentes de cada religión y a la cuestión racial. ¿De qué raza es Dios, de qué raza era Adán? El narrador, perdido en estas cuestiones, recoge entonces un fragmento de una obra de alrededor de 1830 titulada Viajes curiosos de un filántropo. En ella se da cuenta de las terribles torturas a las que es sometido un esclavo negro en una aldea situada en las márgenes del río Delaware. Las dudas acerca de la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios vuelven a surgir con fuerza tras conocer dicho episodio.

  • Imagen de cubierta El hombre del levitón

    Cuento donde un hombre acuciado por un acreedor deposita todas sus esperanzas en la venta de un remedio capilar.

    Don Eulogio Fernández y Rodríguez quiso en su día hacer unas reformas en una finca de su propiedad. Para ello, se vio precisado de pedir dinero a varios prestamistas de la zona. Con el fin de no perder su propiedad hipotecada, viajó hasta Madrid con la ilusión de conseguir el dinero mediante la venta de un remedio familiar contra la caída del cabello. Sin embargo, el tiempo pasa y el privilegio de invención que debe firmar el ministro de Fomento no llega nunca. Mientras tanto, le llega una carta de don Cosme Barrigón, un usurero que ha comprado todas sus deudas con el firme propósito de hacerse con su finca. Acuciado por el plazo y no conocer los rasgos físicos de su nuevo y único acreedor, don Eulogio pasa los días atenazado por la incertidumbre. Un día aparece un hombre con un levitón buscándole. Ha llegado el momento de enfrentarse al usurero.

  • Imagen de cubierta Ardides de un usurero

    Cuento donde un usurero pretende la mano de una joven tras enterarse por la prensa de la herencia inesperada que debe recibir.

    Doña Circuncisión Mendaña regenta una casa de huéspedes venida a menos en la calle de Santa Isabel. Hace ya tiempo que nadie se queda bajo su pupilaje, pues su fama es terrible y para nada envidiable. Vive con su hija Andrea, una muchacha de 20 años, dulce y simpática según la opinión de Federico, un joven que estuvo alojado en la casa, que dejó a deber ocho mesadas y que lleva ya cursando la carrera de leyes unos catorce o dieciséis años. Obviamente, la patrona no concede la mano de su hija a un hombre que, además de no tener una peseta, necesita tanto tiempo para terminar su carrera. Así es que se le adelanta don Timoteo Lobo, un usurero conocido tanto por el joven como por la patrona. Este actúa movido por la noticia de una herencia inesperada que va a recibir la señora tras la muerte de su hermano en Brasil. El usurero intentará por todos los medios que ella no se entere hasta después de la boda, pero en Madrid las noticias vuelan de boca en boca.

  • Imagen de cubierta El gallo de la Pasión

    Cuento donde un joven abogado reniega de la joven a la que deja embarazada en aras de un matrimonio más conveniente.

    Luisa, huérfana de padres, pobre y desvalida, gana miserablemente su sustento con el jornal mezquino que ofrece a la mujer la industria o el trabajo. Hace tres meses que es madre, y tres meses hace que el hombre a quien dio su amor y en quien confió su ventura, no ha vuelto a pisar los umbrales de su desdichada morada. Este es Carlos de Monreal, joven abogado a quien, una noche de Miércoles Santo, encontramos pidiendo a un rico almacenista de maderas la mano de su hija. Ante las preguntas de este, conocedor de los rumores que corren sobre su vida de soltero, se muestra libre de cualquier arrepentimiento. Como Pedro hizo con Jesús, niega hasta tres veces su historia de amor con la pobre costurera Luisa.

  • Imagen de cubierta El desafío

    Cuento que critica la convención social del honor y del duelo.

    Tres hombres, completamente vestidos de negro, suben a la berlina e indican al cochero que ponga rumbo a la Moncloa. Uno de ellos lleva en el regazo un envoltorio del que sobresalen las puntas de dos espadas de combate. El segundo lleva asida de la mano una pequeña caja de caoba con dos revólveres en su interior. El tercero, completamente pálido y violentado por las miradas de sus compañeros, fuma nervioso un cigarrillo. Es él, un García cualquiera, quien se expone al riesgo de tener que morir o matar. La causa del desafío radica en los celos, suscitados por su propia mujer, llevada por su vanidad ofendida cuando, en el teatro, su marido insinúa que no cree que el otro hombre esté coqueteando con ella de continuo. Llegado el momento fatal, García escucha las palmadas previas al primer disparo.

  • Imagen de cubierta El retrato y el pañuelo

    Cuento donde se confrontan los valores de un adulto de alta sociedad con los de un golfo callejero.

    Es día de revolución. Las calles de la capital se llenan de barricadas y gritos llenos de violencia contra el poderoso de ayer. Defenderlo requiere de mucho valor, heroísmo o abnegación. Pero no es el caso de uno de sus protegidos, a pesar de que es a ese hombre a quien debe su posición, nombre y riqueza. Así es que se debate ante el dilema de dar la cara por él o renunciar a su relación, simbolizada en un gran retrato del gran hombre que tiene sobre la chimenea. Su decisión contrasta con una segunda escena, donde Pesquis, un chiquillo miserable, golfo callejero que se gana la vida robando pañuelos a los señores en un gran paseo, se encuentra ante la tesitura de ayudar a su compañera teniendo para ello que delatarse.

  • Imagen de cubierta Mascarita y Mascarón

    Cuento de carnaval que demuestra que, en términos de bondad y maldad, las apariencias engañan.

    Guillermo, trapero de profesión, solo cuenta con tres días de asueto en todo el año: el domingo, lunes y martes de carnaval. No es difícil de imaginar que aprovecha la ocasión lo máximo posible y que cada año da muestra con sus disfraces de una grotesca excentricidad. Son unos días que le permiten olvidar la humildad de su ínfima condición social, lo sucio de su vestido del día a día, pudiendo mezclarse sin respeto alguno por entre medio del gentío popular y aun del principal señorío. Bailoteando y voceando consigue, de taberna en taberna, que le calienten la sangre. Llegado en estado de embriaguez a Recoletos, por su apariencia todos le juzgan como un hombre de instintos bajos y de ánimo envilecido. Así lo piensa al menos un hombre de disfraz pulcro y buenos modales, que por apariencia inspira todo lo contrario, al ofrecerle dinero a cambio de consumar una venganza ruin contra unas mujeres que pasean elegantemente en su carretela.

  • Imagen de cubierta Donato y Valentina

    Cuento dramático donde la desgracia se ceba con los más desfavorecidos.

    Un grupo de amigos sale hacia Valencia para disfrutar del aire puro que ofrece la Albufera, donde además se levanta el coto de caza. Felices ante la perspectiva de la jornada cinegética, afrontan con alegría la noche anterior con una opípara cena y buenos cigarros. Retirado por un momento ante la orilla del mar, el narrador se sumerge en sentimientos melancólicos y, paseando por entre las barcas destruidas de la playa, se encuentra con dos niños medio desnudos que dormitaban bajo las tablas carcomidas de una lancha. Enternecido por el encuentro, la llamada de sus amigos y la jornada de caza pronto le hacen volver a sus sentimientos prosaicos. Al día siguiente, tras la jornada en el mar, vuelve a encontrarse con ellos y no puede evitar considerarlos como el tipo emblemático de la inocencia. Dos años después, vuelve a la Albufera y aprovecha la ocasión para volver a visitarlos…

  • Imagen de cubierta Cómo murió Napoleón

    Cuento trágico de Nochebuena que critica la gestión de los asilos infantiles.

    Esta es la historia de un niño de diez años que se gana la vida vendiendo churros y sin robar a nadie. Se trata de un Napoleón honrado y respetable, aunque responsable de ciertas picardías como apedrear perros, echar mazas a las mujeres o silbar a los cocheros del tranvía. En ocasiones va acompañado de Curro, Currito y Curruelo, jóvenes militares que suelen darle el sobrante de sus ranchos cada noche. Ellos son los que le dicen, al verlo el día de Nochebuena con una bandeja llena de churros, que no venderá ni uno. Obstinado, el niño lo intenta, aunque sin éxito. Ya de noche, atenazado por el hambre, gasta las pocas monedas de cobre que tiene en el bolsillo en copas de aguardiente. Después, con el frío arreciando, Napoleón camina con la modorra del borracho hacia el cuartel…

  • Imagen de cubierta La carrera del mundo

    Cuento donde las experiencias de dos hermanos demuestran que el éxito se alcanza antes por la vanidad que por el mérito.

    Cuando Fortunato llega desde el pueblo a Madrid y visita la casa de su hermano Gaspar no puede evitar quedarse profundamente sorprendido. Siendo Gaspar un verdadero sabio con muchos años de carrera a su espalda, esperaba encontrárselo nadando en oro, pues ¿no es lo lógico que su posición correspondiera a su mérito? Nada más opuesto a la realidad. Visto lo visto, Fortunato comprende cuál es el camino que debe seguir en su carrera para granjearse riquezas y comodidades en el menor tiempo posible. Para ello no necesita ninguna ciencia, ninguna habilidad que no sea la de saber buscarse la vida. Fortunato no se guía por el mérito, sino por el favor. Y de esa manera consigue en tan solo un mes tener todo lo que desea, incluido un destino y una chica joven y guapa como futura esposa.

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