Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta Exposición de cabezas

    Sátira social donde cada tipo humano se corresponde con un animal.

    Don Caralampio es un viejecillo ochentón al que el cuerpo no deja de vibrarle ni por un solo momento. Pronto hace su entrada en la cafetería para tomarse una taza de café, una más del mínimo de cincuenta que él mismo recomienda tomarse cada día. A esta bebida atribuye el poder de dotar al hombre de lucidez, llegando en su caso incluso a ser el motor de su existencia, la razón de que siga vivo. Pero la cosa no queda ahí, pues asegura que, en su caso, el café le infunde de una gran claridad mental que desemboca en la llamada doble vista. Así, mientras el común de los mortales ve a los hombres como son en apariencia, él lo hace como son en realidad, viéndolos adornados de la última cabeza que tuvieron antes de su reencarnación. De este modo, comienza a dar cuenta de un vasto bestiario social.

  • Imagen de cubierta El collar de topacios

    Cuento donde el poder fantástico de un collar conlleva una decisión tan nefasta como ridícula.

    Esta es la historia de Casiano Fernández, hombre ya fallecido cuando da comienzo la narración. Se trataba de una persona a la que siempre le resultó difícil tomar decisiones, escoger entre una y otra opción, pasando así la vida en un dejarse llevar por las acciones o inacciones de los demás. En relación a las mujeres siempre le gustaron, aunque no podría decirse cuál era su tipo. Seducido por la idea de formar una familia propia, no se atreve sin embargo a dar el paso por la posibilidad de acabar divorciado. No obstante, acaba yendo a la vicaría después de conocer a Rogelia, una simpática muchacha que resultaba sin duda un buen partido para un hombre que carecía de ambición. A la hora de hacerle el regalo de novios acaba regalándole un collar de topacios que, supuestamente, tiene el poder de desvelar las infidelidades haciendo desaparecer sus cuentas.

  • Imagen de cubierta Batalla de monos

    Cuento donde un sombrero provoca la guerra entre dos familias de monos.

    La caravana avanza penosamente por la selva africana, entre troncos caídos y ramas muertas. En un bosque como este, tan solo las aves y los monos pueden ver el cielo. Los monos, que conforman un pueblo alegre y saltarín, felices en sus costumbres de vida amorosa y tranquila. En mala hora uno de estos monos, que por oficio tenía el de explorador y vigía, encontró a un animal desconocido: un inglés. Ambicioso de trofeo, se hace rápidamente con su sombrero de explorador, que pronto suscita la envidia de otra tribu de monos, desembocando finalmente en una grande y cruenta batalla.

  • Imagen de cubierta De las memorias de Juan Gandul

    Cuento satírico cuyo protagonista hace de la pereza su felicidad.

    El protagonista de este brevísimo relato está orgulloso y feliz de poder asegura que, ya desde la misma fecha de su nacimiento, siempre ha sido un gandul redomado. Su empeño ha consistido en coleccionar años en los que no hubiera trabajado absolutamente nada y resulta que puede asegurar que se ha salido con la suya. Pero la vagancia, a la cual considera patrimonio exclusivo de los seres superiores, siempre exige sacrificios, de tal modo que pasarse la vida ganduleando cuesta un enorme trabajo. De ello da fe el testimonio de Juan Gandul, que relata el modo en que consiguió desembarazarse de los trabajos físicos e intelectuales hasta el punto actual, en que es un hombre absolutamente felicísimo.

  • Imagen de cubierta El poeta y la pastora

    Cuento satírico donde un poeta encuentra a su musa en una pastora de cerdos.

    El protagonista de esta historia se llama Alonso, nombre que le viene que ni pintado, pues se nos presenta como el Quijote de la poesía clásica. De todas sus lecturas solo tres le han satisfecho: las Églogas de Virgilio, la Galatea de Cervantes y las poesías de Florián. Y es que en Alonso sobresale la manía pastoril, con especial hincapié si además se trata de mujeres. Hijo único de un viudo rico, pasa los años sin decidirse por ninguna carrera. Por eso, al llegar huérfano a la mayoría de edad se encuentra con una herencia que emplear. Así es que se decide a buscar la felicidad en la apacible vida en el campo. Ahí quedará sublimado por la figura de una pastora de cerdos, a la que eleva en el mayor pedernal del olimpo lírico, allá por los reinos del ideal.

  • Imagen de cubierta Martín Martínez

    Cuento cuyo protagonista es ejemplo de los que no prosperan por meterse en lo que no entienden.

    Martín Martínez es un forastero que un buen día compra casa en Bermeo. Es un encuadernador excelente, un maestro en su oficio. Por eso pronto consigue que su negocio vaya viento en popa y que todas las muchachas del pueblo lo ronden con intención de hacerlo suyo. Sin embargo, su espíritu emprendedor lo lleva pronto a montar una fábrica de escabeches. Monta su negocio con gran diligencia, pero pronto acaba arruinado y debe vender el proyecto para retornar a su negocio de encuadernación. Poco tiempo después decide hacerse hortelano, sin reparar en gastos para tener el mejor producto del mercado y, si bien lo consigue, también acaba fracasando y volviendo a su taller original. Una última tentativa le lleva a abrir una tienda de ultramarinos que, al igual que sus proyectos anteriores, lo lleva la ruina. De este modo se convierte Martín Martínez en ejemplo de aquellos que no prosperan en la vida por meterse en negocios que no entienden.

  • Imagen de cubierta Pomona

    Cuento donde el dueño de un restaurante vegetariano comete fraude para no arruinarse.

    El señor Antero ha heredado de una tía de Sigüenza una gran huerta cercana a dicha localidad y unos cuantos miles de pesetas. Por mucho que le da vueltas, no acaba de encontrar un negocio fiable en el que invertir su dinero. Sin embargo, un día, estando en un café, escucha que en la tertulia de la mesa de al lado un hombre afirma que el mejor negocio que montar en Madrid sería un restaurante vegetariano. Antero hace la idea suya y, en dos meses, los clientes ya pueden disfrutar de su menú, compuesto de judías que parecen riñones, filetes de berenjena que parecen muslos de pollo, alcachofas rellenas de hierbas que parecen carne y unas chuletas que parecen de ternera pero son de puré de patatas. Cuando un año más tarde una sequía voraz asola el país, Antero consigue salvar la situación… cometiendo fraude.

  • Imagen de cubierta La mesa redonda

    Sátira de la sociedad vanidosa que coincide en los establecimientos balnearios sin más afán que el de figurar.

    Es temporada de baños, la moda imperante hace que en ellos se junte la considerada flor y nata de la sociedad, como así ocurre en el Gran Hotel de una de las playas del norte del país. Ahí, alrededor de una mesa redonda, se juntan para comer y conversar los bañistas. Todos ellos parecen tener un claro punto de conexión, pues ninguno de los personajes presentes deja escapar la ocasión brindada para regalarse en los chismorreos o en quejarse ostensiblemente del servicio y así subrayar su posición dominante. La superficialidad y la vanidad están servidas alrededor de la mesa redonda del establecimiento que, en este relato, se presenta como trasunto de la vida social, a la cual todos llegamos, pobres o ricos, para amarnos y aborrecernos, para después desaparecer y no vernos más.

  • Imagen de cubierta Vargas y Machuca

    Cuento donde un joven calavera pretende llevar, gracias a un amigo, a una novicia a un baile de máscaras.

    Diego Vargas es un joven originario de Cuenca e injerto en Madrid que se caracteriza principalmente por ser un tonto de capirote, con pretensiones de elegante, y sobre todo, con ínfulas de Tenorio. Un día se encuentra en una cervecería a su amigo Machuca, conocido por su extremada gorronería y habilidad para el sablazo, a quien dos noches atrás había visto merodear los alrededores de la tapia de la huerta del convento de Santa Teresa. Intrigado, se decide a interrogarlo al respecto, aun a riesgo de tener que pagarle las consumiciones. Este le cuenta que, efectivamente, había comenzado una relación con una joven novicia a la que, por falta de dinero, no podía llevar a un baile de máscaras en el Teatro Real. Completamente desbocado por su donjuanismo, Vargas acepta intercambiar una noche sus papeles para ser él quien se beneficie a la novicia a cambio de llevarla al baile. Aunque ya se sabe, más de una sorpresa esconden siempre las máscaras.

  • Imagen de cubierta Función de Morondanga

    Cuento que satiriza el carácter pueblerino a través de la descripción de sus festejos.

    Un año más llegan las fiestas de septiembre, en honor a la Virgen, al pueblo de Morondanga y los morondangos, en mangas de camisa, están muy impacientes por lucirse de algún modo: ya sea vistiendo a la virgen, atendiendo a los invitados que llegan desde Toledo o Madrid, con la lectura del sermón, con los cantos de la procesión o ante los bravíos toros traídos para divertimento de señoritos y labriegos. En esta crónica literaria de tamaño día de festejo se descubre el modo en que cada cual procura darse tono ante los demás, suscitando intrigas, murmurando y formando bandos, cumpliendo con el protocolo y desfasando a ratos, bien hartos de aguardiente antes de enfrentar a un toro que no saben matar… Todos unidos como hermanos, en definitiva, si nos atenemos a su ignorancia supina.

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