Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta Pañizosa

    Cuento que pone de manifiesto la vulgaridad de la sociedad, capaz de castigar a quien debería reconocerse como modelo moral.

    La historia del señor Pañizosa aquí relatada sirve como muestra de la degradación moral de una sociedad donde los intereses personales de políticos y periodistas condenan a un hombre trabajador y honrado a la mayor de las miserias. Padre de ocho criaturas, ciudadano ejemplar, todavía espera a quien le rescate de su pésima situación, reconocida desde el subtítulo como tremendamente vulgar o impropia de sociedad civilizada.

  • Imagen de cubierta A caza de gangas

    Cuento realista de género epistolar que plantea la imposición social del dinero incluso en los asuntos que son exclusivos del amor.

    En la estación veraniega de Mondariz, un representante de la gran sociedad busca un matrimonio que le salve de la miseria en que le tienen usureros y prestamistas. En su afán conoce el amor de Celia, heredera de los Condes de Casa-Zarandiaga. Sin embargo, cartas que no debían ser leídas pondrán de manifiesto la hipocresía y materialismo que definen a la alta sociedad española de finales del siglo XIX.

  • Imagen de cubierta El dependiente

    Cuento que contiene la narración que una mendiga hace de su vida a unos viajeros, resultando esencial en ella el papel jugado por un simple dependiente.

    Un obligado alto en el camino permite al narrador viajero de este relato conocer a una mendiga que, a cambio de una buena recompensa, relata sintéticamente la historia de su vida. Su relato enmarcado subraya la importancia que jugó en su devenir un pobre dependiente, reconocible fácilmente como un «parvenu», trepa social procedente del ámbito rural.

  • Imagen de cubierta Un río de oro

    Cuento de tono humorístico que, presentando una trama de ambición y desengaño, aprovecha la ocasión para incluir ciertas pullas a la sociedad del momento.

    Dos amigos pasean por las calles de Madrid. Mientras uno de ellos expone sus ambiciosos proyectos, el otro, conocedor de su mísera economía, teme que esté afectado por una enfermiza megalomanía. Las aclaraciones no se hacen esperar, como tampoco las pullas del señor Belda a lo largo y ancho de su relato.

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