Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta ¡Un duro!

    Cuento donde la base de una gran fortuna radica en el trabajo y el esfuerzo.

    Corre el año de 1877 y el narrador de este relato se encuentra de vacaciones veraniegas en un pueblo de Castilla la Vieja. En uno de esos días sale al monte para disfrutar de una jornada de caza y, desconocedor del terreno, se acaba perdiendo, incapaz de encontrar de nuevo el camino a casa. Cuando su esperanza de dormir bajo techo va desapareciendo, se encuentra con un hombre, del tipo del agricultor, aunque bien vestido. Este le informa de que el pueblo se encuentra a 14 kilómetros de ahí y le ofrece su hospitalidad para pasar a buen resguardo la noche. Este hombre es el señor Manuel, un respetado hombre que resulta poseer prácticamente todas las tierras y propiedades de la zona. A la hora de la cena, asegura que toda su riqueza la ha ganado por un solo duro. Semejante afirmación hace necesaria una explicación. Todo da comienzo en una herencia envuelta en un mensaje de mal agüero.

  • Imagen de cubierta Juan Fatiga

    Cuento simbólico donde la perseverancia del trabajo consigue la alianza de la fortuna.

    Nadie en la pequeña aldea da crédito a las palabras del sacerdote cuando hace pública la primera amonestación de Juan Fatiga y Catalina Rueda. Todos piensan que la muchacha ha perdido el juicio, más aún cuando los amantes desdeñados ven a la pareja en amoroso coloquio bajo el amparo de un hermoso fresno. Las razones de su asombro radican principalmente en que nadie había visto antes que los dos jóvenes hubiesen cruzado palabra alguna. A ello se suma que Juan Fatiga es uno de los seres más desdichados del contorno: tremendamente feo y acuciado siempre por la fatalidad. Así pues, inmerso en la mayor de las miserias, tomó consciencia de que, para evitar el tener que pedir limosna, era preciso trabajar. Catalina, por su parte, es todo lo contrario. ¿Por qué entonces semejante enlace?

  • Imagen de cubierta La propina

    Cuento donde la existencia de un hombre se ve pautada por el remordimiento de la ingratitud.

    Un joven elegante y adinerado llega al pueblo de Cerneda en su camino hacia los establecimientos balnearios de Calzadilla. Faltando todavía bastante tiempo para poder reanudar su viaje, se ve precisado de pasar algunas horas en el villorrio, aceptando finalmente, de mala gana, tomar el chocolate que un amable aldeano insiste en ofrecerle. Rodeado de la miseria rural del lugar y de la casa del invitador, toma el obligado refrigerio y se marcha sin dejar propina a la abundante familia. Ya de viaje a Calzadilla comienza su tormento moral por no haber dejado ni un céntimo de más a aquellos pobres tan hospitalarios. Cuando por fin se reúne con su novia a distancia, que vive en Bilbao, solo puede quitarse de la cabeza el feo gesto cuando piensa en el modo de romper con ella sus relaciones. De vuelta a Madrid podrá vencer el remordimiento de la propina, pero no tardará en aparecer uno nuevo.

  • Imagen de cubierta La verdadera belleza

    Cuento donde se contraponen vanidad y virtud, encarnadas en dos hermanas.

    Ángela y Soledad son hermanas, aunque no tienen mucho que ver la una con la otra, ni en apariencia física ni en valores morales. Ángela es una muchacha tremendamente hermosa, al tiempo que queda definida por su coquetería, vanidad y superficialidad. Soledad, por otra parte, es una joven bastante fea en lo físico, aspecto que queda eclipsado por las virtudes de su honesto corazón. El tiempo pasará para ambas, demostrando, como ya se apunta desde el título, dónde radica la verdadera belleza.

  • Imagen de cubierta El tesoro

    Cuento donde un avaro aprende demasiado tarde que el mayor tesoro es el trabajo.

    De la opulenta familia de los Ginestal solo queda un segundón llamado don Álvaro, que, a fuerza de malgastar tanto el tiempo como el dinero, se encuentra actualmente sin salud y sin recursos. Su situación es absolutamente lamentable, pues además de la ruina física se ve mermado también por la espiritual. Sin criados ni guerreros, sin esposa, sin amigos… don Álvaro se encuentra solo en el mundo. Y ahora que ya ha dilapidado todas sus riquezas, resulta además un tipo dominado por dos grandes vicios: la avaricia y la pereza. Un día, sobreponiéndose a su rutina ociosa, se dedica a leer unos pergaminos apenas inteligibles de su biblioteca familiar. Atacado por la melancolía dejará caer en tierra un pergamino, y es de este modo como se encuentra con un papel corroído por el tiempo y que contiene las instrucciones para encontrar el tesoro escondido por el primer Ginestal.

  • Imagen de cubierta El palacio encantado

    Cuento que ratifica que la plena felicidad solo puede ser fruto de la locura.

    Un hombre va de visita al que le han dicho que es un palacio encantado. Colándose en él de rondón, comienza a caminar por sus corredores cuando pronto se encuentra con una serie de personas, completamente felices de su existencia, dichosos por vivir en el pleno dominio de sus ilusiones. Así se van sucediendo la mujer enamorada que ha sido supuestamente abandonada por su amante, el hombre más rico que puede encontrarse sobre la faz de la tierra, una madre incapaz de asumir la pérdida de su hijo muerto, el narcisismo exacerbado de una viejecilla que se cree flor de flores y arrebata el sentido incluso a los pájaros… e incluso el poeta por excelencia, el vate inédito, el talento oculto, el genio desconocido que haciendo miles de versos excelentes se niega a recitar o escribir ninguno.

  • Imagen de cubierta El capitán Martínez

    Cuento donde el sirviente fiel es víctima de la mezquindad y egoísmo de su superior.

    Esta es la historia de un hombre que tiene tanta suerte como escrúpulos le faltan. El resultado, una injusticia ética como tantas otras que se concatenan en la existencia humana. El capitán Martínez, militar por oficio, valiente sin entusiasmo e indiferente a cualquier ambición, cuenta con la popularidad, el afecto y la consideración de sus compañeros y superiores gracias a su carácter franco, alegre y decidor. Inspirado solo por las mujeres, la mesa bien servida y una partida de juego, siempre ha rechazado de plano cualquier seducción revolucionaria, independientemente de las promesas que le hicieran. Carente de ideales políticos, solo ansía el vivir alegre y divertido. Durante los últimos cinco años ha contado con la ayuda de Pepón, su asistente, que quiere a su amo con ternuras de madre y que ve llegar su licencia absoluta, que le permitirá volver a los brazos de su familia y de su prometida Benita, que le espera allá en el pueblo. Sin embargo, una deuda de juego del capitán trae consigo un cambio radical de planes.

  • Imagen de cubierta Mi prima Andrea

    Cuento donde la ciencia se muestra impotente para librar a una joven de su carácter depresivo.

    Andrea es muy bonita, pero existe una sombra en sus dos magníficos ojos negros, con reflejos azulados como las alas de un cuervo, y de mirada profunda y llena de abismos como el mar. Además, desde su infancia, su padre ha examinado en su cabeza el progreso de unas extrañas protuberancias. El narrador de la historia, primo de la joven Andrea, está perdidamente enamorado de ella y desde pequeño alberga el deseo de casarse con ella, deseo que su tío alienta. Así, el día de su vigésimo quinto aniversario, el tío le pregunta si está dispuesto a casarse realmente con ella y la emoción les embarga a ambos. Sin embargo, mientras están abrazados y lacrimosos, Andrea ha aprovechado el momento para huir de casa. Tiempo después, volverán a tener noticias de ella.

  • Imagen de cubierta El enterrador de Valsombreda

    Cuento donde un sepulturero tomado por loco resulta ser un gran poeta.

    Valsombreda es un pueblo árido e inhóspito donde el único lugar que rompe la monótona hostilidad de su muerta naturaleza es el cementerio. Allí se encuentra el narrador de esta historia con el sepulturero, por todos considerado como un loco. Este le confiesa que es poeta y que tiene la seguridad de que su fama eclipsará algún día la de los grandes escritores. Movido por la curiosidad, el visitante accede a escucharlos y descubre así unas rimas grandiosas, por lo que no duda en pedirle al sepulturero su cuaderno para darlo a la imprenta. Sin embargo, este afirma que todavía no es tiempo y lo emplaza para algún momento futuro. Más de una década después, ambos se encuentran de nuevo en el hospital provincial de Burgos y el manuscrito cambia por fin de manos.

  • Imagen de cubierta Tremielga

    Cuento donde la envidia que siente un artista por otro se torna patológica.

    El maestro pintor Lucio y su discípulo León están concluyendo la obra pictórica de la catedral después de cuarenta años de trabajo empleados por el mayor de ellos. El cercano final de la obra le hace recordar a su propio maestro, a su enamorada Pepilla y también al desventurado Tremielga. Era este amigo suyo del alma, hombre con tanto talento como amor propio que, un mal día, consideró que Lucio le robaba sus ideas pictóricas. Todos vieron pronto que Tremielga le tenía envidia, aunque resultara difícil de creer por los méritos artísticos de este. Poco tiempo después se dio una situación similar respecto a su novia Pepilla, tras lo cual Tremielga decidió marcharse a Alemania. De vuelta muchos años después, dispuesto a conquistar la gloria, da muestra de cómo la envidia puede sumir al hombre en tremenda confusión.

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