Ganso y Pulpo

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Catálogo

  • Imagen de cubierta El velo de la viuda

    Cuento donde el amor repentino y sensual se impone al dolor de la pérdida de una viuda.

    Una mujer de extraordinaria belleza sube a un tranvía, capturando la atención de todos los hombres a bordo. Vestida de luto, con dos alianzas de oro en su mano izquierda, su presencia evoca tanto deseo como respeto. Entre los admiradores está el narrador, absorto por su gracia y elegancia. La calma del viaje se interrumpe cuando un hombre imponente aborda el tranvía de manera sorprendente. Sus miradas se cruzan repetidamente, creando una conexión silenciosa pero intensa entre ellos. Durante una sacudida del tranvía, ocurre un incidente con el velo de la mujer, lo que lleva a un intercambio de palabras entre ambos. El desenlace de su encuentro queda abierto, marcado por la intensidad de las miradas y la promesa de una posible conexión futura.

  • Imagen de cubierta El último adiós

    Cuento de corte anticlerical que cuestiona el valor de que una joven ingrese en un convento.

    El narrador de esta historia se encuentra en el andén de una estación de tren. Hasta ahí lo ha llevado una corta misiva enviada por una amiga de la infancia y compañera de la juventud. En pocas líneas lo ha citado en la estación para darse el último adiós, pues por lo visto ha decidido abandonar a su anciana madre y demás familia para ingresar en un convento. Al encontrarse, él, que no da crédito a lo que su antigua amiga está a punto de hacer, le pide explicaciones. Ella, con voz tranquila y monónotona, satisface la curiosidad de su amigo. En resumidas cuentas, el cura de la aldea le ha hecho ver que más ayudará a su familia rezando que trabajando miserablemente. Por mucho que el viejo amigo insista, todo hace indicar que el clero gana la partida.

  • Imagen de cubierta De la última hornada

    Cuento que se centra en la vanidad y falta de escrúpulos de la juventud.

    Asiduo del café, el narrador de este relato, trasunto del autor, se encuentra con un joven de veintidós o veintitrés años al que considera que bien puede tenerse como ejemplar representativo de la juventud española. Este joven afirma que su único afán en esta vida es divertirse y solo divertirse. Ante sentencia tan radical, es preguntado acerca de su visión sobre el trabajo, el matrimonio, la literatura, la ciencia, el teatro, el amor a la patria y la política. Todos sus posicionamientos dejan en evidencia su completa ausencia de virtudes, su ambición egoísta y completamente vanidosa. No hay un solo aspecto vital que pueda apartarle de su filosofía lúdica y misántropa en aras del propio beneficio.

  • Imagen de cubierta Un triunfo más

    Cuento donde el amor aristocrático se manifiesta mediante triunfos de vanidad.

    En este relato se da cuenta de la reacción de una condesa ante la muerte de su marido. Ambos eran felices en su matrimonio. Aunque cada uno se dedica a cultivar en solitario sus aficiones, ambos están fuertemente unidos. Así, aunque la condesa emplee su tiempo en leer sus publicaciones de moda y sus novelitas francesas, y el conde lo emplee en adquirir, domar, montar y pasear en caballo, ambos están plenamente unidos. A pesar de que el conde tenga una amante, el amor entre ambos es fuerte y verdadero. Tanto es así, que el hecho de que la condesa prepare para su marido los mejores funerales que se hayan visto en Madrid solo por orgullo y por ser más que su amiga la marquesa, no quiere decir sino lo mucho que lo amaba en su corazón.

  • Imagen de cubierta La epopeya de un presidiario

    Cuento donde un obrero se evade de presidio para poder despedirse de su madre moribunda.

    Pedro es un buen muchacho que goza, junto a su madre y su novia, de una existencia colmada de bienes dentro de su miseria. Con su trabajo de albañil gana lo suficiente como para no tenerse que preocupar del hambre y del frío y, aunque su conducta es buena, una noche, vino mediante, acaba dando muerte de un navajazo a un contrincante tras una partida de cartas. Por ello es condenado a ocho años de prisión, que comienza a cumplir inmediatamente, dando muestras de buena conducta. Tan solo el matrimonio de su antigua novia parece exasperarle, aunque tampoco por demasiado tiempo. Cuando se entera de que su madre está enferma de muerte, solicita un permiso para poder ir a despedirse de ella. Como este le es denegado, opta por fugarse para poder cumplir con su deseo.

  • Imagen de cubierta La desdicha de Juan

    Cuento donde una vida miserable hace preferible la locura.

    Juan es un obrero que cada mañana debe levantarse en su buhardilla para ir a trabajar como una mula de carga a cambio de un mísero jornal que apenas alcanza para mantener vivos a sus dos hijos pequeños, huérfanos además de madre. Sin embargo, un día baja a la calle y comienza a ofrecer a sus vecinos todas las dádivas que ellos deseen pedirle, tan magnánimo y omnipotente se siente. Todos lo toman por una graciosa borrachera hasta el día siguiente, cuando la escena vuelve a repetirse. Cuando alguien, haciendo chanzas, pone en duda sus poderes sin límite, Juan le lanza un puñetazo. Llevado a prevención y examinado pronto se dictamina que el buen hombre ha perdido la razón. Así es como acaba en el manicomio y sus hijos en un asilo. Tras cuatro años de encierro un doctor consigue devolverle la razón. A cambio solo le pide su gratitud…

  • Imagen de cubierta El león de bronce

    Cuento moralista donde el remordimiento vence al crimen.

    Un hombre ha sido juzgado y llevado a prisión. Desde su celda, monologando para una persona imaginaria, cuya posición adoptará el lector del cuento, confiesa el modo en que una idea ruin se alojó en su cerebro de un modo radical y persistente: la idea de matar a un vecino avaro que guardaba como un tesoro los ahorros de su vida. Tras una intensa lucha consigo mismo, o más bien lucha entre dos de sus yoes, se decide aprovechar la fragilidad del viejo con nocturnidad y alevosía. Armado con su cuchillo, que luce en la empuñadura un león de bronce, entra en el dormitorio del avaro con la clara intención de matarlo y llevarse su dinero. Nada impide que lo haga. Pero sí hay algo que lo impide escapar.

  • Imagen de cubierta El nido de gorriones

    Cuento donde la vejez se aferra al trabajo ante la perspectiva de su abandono una vez repartida la herencia.

    El tío Roque es un campesino aragonés que lleva con energía sus setenta y cinco años, manteniéndose plenamente activo en la administración de sus fincas y propiedades, calculadas por los inteligentes del contorno en ciento cincuenta mil duros. Este buen hombre se encuentra en completa compenetración con la tierra, hasta el punto de parece ser extensión de la misma. Sin embargo, la edad no perdona y, poco a poco, su salud se va quebrando con el rudo trabajo a que venía entregado desde el amanecer de cada día. De todos modos, se muestra incapaz de abdicar, de darse al reposo y dejar al cuidado de manos ajenas el cuidado de lo que es suyo. Es por ello que sus cuatro hijos deciden plantarse ante él para poner fin a la situación. Mas el tío Roque seguirá en sus trece y dará como razón la moraleja de su experiencia con un nido de gorriones.

  • Imagen de cubierta Libertad

    Cuento naturalista sobre opresión y lucha por la libertad.

    En este cuento de corte naturalista nos encontramos de buenas a primeras con Manolo subiendo a la rama más alta de un árbol. Ahí está el nido que con todo el cariño paternal han fabricado y acolchado dos jilgueros. Este nido ha sido durante semanas el ansia y desvelo del muchacho, que ha tenido que aguardar pacientemente a que los primerizos huevos prosperaran al calor de su madre. Su acechanza consigue pasar inadvertida tanto para los inconscientes recién nacidos como para sus padres. Y así llega por fin el día del enjaule de su presa. Desde entonces se nos cuenta la reacción de los padres ante el robo de sus crías, sus esfuerzos constantes e inanes por intentar recuperarlas, así como la reacción de las propias crías conforme van creciendo en su forzado cautiverio.

  • Imagen de cubierta El cojito

    Cuento donde se confrontan caridad y picaresca.

    Es una noche glacial. En un portalón, en plena intemperie, un muchacho cojo dormita. Frente a él se detiene un transeúnte que, sin poder evitar que se le enternezca el corazón, movido por un fuerte impulso de caridad, brinda al muchacho su ayuda con unas monedas con que pasar la noche a cubierto y la promesa de más si al día siguiente va a visitarlo a su casa junto a su madre. Toda la familia del bienhechor se suma sin dudarlo al arrebato de caridad hacia el cojito y su pobre madre. De este modo acabarán siendo las piadosas víctimas del pícaro cojito, que solo tiene en el pensamiento dar rienda suelta a su golfería.

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